El papa Francisco elige ocasiones especiales para dejar sentado su mensaje. Esta vez la Misa del Gallo, oficiada en la Basílica de San Pedro, fue el marco para que el romano Pontífice se refiriera a virtudes humanas y cristianas.
La justicia y la sencillez fueron resaltadas por el Papa de Roma en la homilía en la que destacó a Jesús como príncipe de la paz. Francisco llamó a cultivar la justicia y ser sobrios. Advirtió a los cristianos -que siguieron su mensaje en vivo por televisión- sobre la dedicación al consumo, a los placeres,
al narcisismo y a la abundancia.
El llamado a ser sencillos, equilibrados, fue complementado con la reflexión de ‘entender y vivir lo importante’.
La interpretación del mensaje se lee como una señal directa y reiterada a la jerarquía eclesiástica y a la Curia Romana.
Criticó el máximo prelado de la Iglesia Católica la indiferencia y llamó a vivir con piedad.
Ayer en su tradicional mensaje Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), una bendición especial que los prelados realizan desde el balcón de la plaza de San Pedro, Su Santidad oró por el fin de las guerras, el terrorismo, el narcotráfico y la trata de personas, varios de los males que aquejan al ser humano en el planeta.
El sucesor de Pedro pidió el diálogo directo para alcanzar el entendimiento que permita a los pueblos a vivir en armonía.
La voz del Papa tiene gran autoridad moral para el mundo cristiano y la civilización. Vale escucharla más allá de su mensaje religioso.