Durante sus primeras horas de vida, ‘Pedrito’ pasó frío. Sus padres lo abandonaron el lunes en el portal de una casa ubicada en San Antonio de Uribe, un barrio de Machachi, a 45 minutos de Quito. Pasó media hora en la calle.
Cecilia, la dueña de la propiedad, lo encontró cuando salía a su trabajo. El pequeño estaba dormido, dentro de un pequeño costal, envuelto en una chompa café de borrego. Tenía aún el cordón umbilical.
Cecilia, de 35 años, vende frutas en La Y de Alóag. Se asustó al ver el bulto en el portón de su vivienda. Pensó que era basura. Tomó un palo y lo cruzó por las agarraderas del costal y lo llevó al frente de su inmueble para que lo recogiera el camión de limpieza. Cuando colocó el saco de yute en la acera, el bebé empezó a llorar. Entonces se dio cuenta de lo que había en el costal.
“Créame que me asusté cuando vi el bulto. Imagínese que pateaba, creí que eran escombros o que los perros callejeros, que aquí hay muchos…”, relató Cecilia la mañana de este miércoles 2 de diciembre del 2015 a EL COMERCIO.
El lunes 30 de noviembre, la mujer no lo pensó dos veces. Tomó al niño y llamó a una ambulancia. Paramédicos del Hospital de Machachi llegaron y le dieron los primeros auxilios. El pequeño tenía hipotermia; lo abrigaron y llevaron a la Unidad de Pediatría de esa casa de salud.
Desde entonces permanece en una termo cuna. No hay rastros de sus padres. Cecilia cree que fue el papá quien abandonó a Pedrito, porque la chompa café en la que estaba envuelto el menor era de hombre. “Ojalá se arrepientan y la madre lo busque. Tiene que entender que una mamá es macha, podemos salir adelante. Lo que hizo no está bien”, lamentó la señora.
Sin embargo, amor es lo que menos le hace falta al pequeño. En estos tres días, los médicos y enfermeras del Hospital de Machachi se han encariñado con él. No solo ellos. La Alcaldía, el Cuerpo de Bomberos, vecinos y comerciantes del cantón han entregado ropa para Pedrito, como decidieron llamarlo.
Salomón Proaño, director del Hospital, habló con este Diario y dio detalles del estado de salud del pequeño. Afortunadamente, la hipotermia se superó, le administraron antibióticos para evitar infecciones y lo alimentaron. Está estable.
“De acuerdo a la escala de valoración de Capurro, el niño tendría aproximadamente 37,1 semanas. Nació con un peso 2 460 gramos, con 46 centímetros de largo y un perímetro encefálico de 36 centímetros. Son características que están dentro de los parámetros normales”, explicó Proaño.
En las primeras horas que permaneció en el hospital, las enfermeras lo alimentaron con leche de fórmula. Desde ayer le pidieron leche a la Maternidad Isidro Ayora de Quito.
Ana Padilla, pediatra que atiende al niño, señaló que permanecerá las próximas semanas en la incubadora. “Es un bebé tranquilo. No llora”, relató esta mañana.
La Dirección Nacional de Policía Especializada en Niños y Adolescentes se encargará de realizar los trámites y analizar cuál será el futuro del bebé. Posiblemente se inicie un proceso de adopción.
De hecho, en el hospital ya hay una pareja que quiere integrarlo a su familia. Desde que se enteraron de la noticia, los esposos se interesaron por Pedrito. Están organizando el bautizo junto con el personal médico. El evento será la próxima semana. Participará el párroco de Machachi.
Ayer, Cecilia y sus compañeras de trabajo fueron al hospital a visitar al bebé. Llevaron ropa, pañales y leche. Cecilia considera a Pedrito un pequeño angelito y cree que no hubiera sido justo que muriera.