Este 2 de septiembre, se iniciaron las clases de los estudiantes en la seccion nocturna. El Colegio Benito Juárez recibió a los estudiantes. Foto: Galo Paguay/El Comercio
A las 18:30 de hoy, 2 de septiembre del 2015, las luces de las aulas y de los patios de los colegios nocturnos se encendieron para recibir a las decenas de alumnos que prefieren estudiar en la noche.
En el sur de Quito, por ejemplo, el Benito Juárez fue una de esas instituciones. Allí, desde las 18:00 empezaron a llegar los 700 jóvenes que están inscritos en primero, segundo y tercero de bachillerato.
Mientras los profesores del plantel hacían una fila para registrar su entrada, los alumnos se ubicaban en el patio principal junto a sus compañeros.
Un profesor con micrófono en mano iba nombrando uno por uno a los estudiantes para organizarlos y ubicarlos en sus respectivos paralelos.
Algo similar, ocurría a esa misma hora en el Colegio Mejía (centro de Quito). Allí también esta noche de inició el año lectivo 2015-2016, pero para ubicar a los estudiantes, las autoridades colocaron en las carteleras las listas de los nombres de los 400 inscritos.
En ese establecimiento, las autoridades señalaron que en las aulas solo están jóvenes que cursan los tres años de bachillerato y décimo de educación básica. Aún esperan llenar los cupos para octavo y noveno.
Pese a los inconvenientes del primer día, los alumnos de a poco entraron a las aulas y empezaron a recibir las clases. Sin embargo, quienes trabajan en estos establecimientos dicen que la educación nocturna este año tuvo cambios.
En el sur de la ciudad, algunos colegios que ofertaban esa jornada estudiantil cerraron. Uno de ellos fue el Colegio Montufar. Lo mismo ocurrió con los colegios Consejo Provincial y Amazonas.
En otros casos, la educación en esa jornada se mantuvo pero parcialmente. Por ejemplo, El Benito Juárez el año pasado ofertaba el aprendizaje desde el ciclo básico hasta el bachillerato. Ahora solo asisten quienes están en los últimos tres años. Pero, esta no fue la única modificación que presentan estos establecimientos.
Según Lenin Miranda, inspector del Benito Juarez, el Ministerio de Educación a mediados del mes de agosto les notificó que el horario de la sección de la noche también cambiaría.
El año anterior, los chicos tenían clases de 18:30 hasta las 22:30. Ahora ese tiempo se redujo 30 minutos. La razón, evitar que los colegiados sean víctimas de robos o asaltos. Sin embargo, esa media hora se recupera los sábados desde las 08:00 hasta las 12:00.
Según los profesores, esa medida ayudará a que los estudiantes puedan ir pronto a sus casas y evitar incidentes. El año pasado se registraron varios robos y asaltos en las afueras de la institución.
Según uno de los chicos, en los exteriores habían desconocidos que aprovechaban la oscuridad para atacarlos. Los sospechosos vestían chompas similares a las de la Unidad Educativa y les arrebataban celulares, mochilas y dinero.
Por eso este año, además de salir más temprano, las autoridades solicitaron a la Policía que les brinden seguridad a la salida de las clases.
En el Mejía, el horario también cambió. Allí, los jóvenes estudian hasta las 22:10, pero afirman que es porque están utilizando instalaciones donde otros alumnos estudian en la tarde.
Sin embargo, aceptan que la inseguridad del sector es una preocupación constante. Especialmente porque hay chicos que necesitan cruzar el parque de La Alameda para coger la Ecovía.
Por eso, los profesores les han recomendado que caminen en grupos y eviten quedarse en las afueras del colegio. El trabajo con la Policía también ha sido constante.
Según, Santiago Oeaz, jefe del circuito San Juan. Todas las noches, personal de esa Unidad Policial acude a las afueras de los establecimientos nocturnos para resguardar a los colegiales.
En tanto, las autoridades del Mejía analizan realizar un proyecto piloto de talleres especiales para que los alumnos los desarrollen en las casas. Así, se podría reducir la jornada nocturna.
Jorge Guillén, inspector de ese establecimiento educativo, señaló que esta sería una buena alternativa para que los estudiantes lleguen pronto a sus hogares. Pero advirtió que se revisaría periódicamente las tareas para asegurarse que sean cumplidas, caso contrario se suspendería de inmediato este proyecto.