La bocatoma del río Pita sería afectada por los lahares. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
La dotación de agua en el valle de Los Chillos es una de las preocupaciones frente a una posible erupción del volcán Cotopaxi. Desde el incremento de la actividad del coloso, en abril pasado, se han analizado dos escenarios principales: la afectación por el flujo de lahares y la caída de ceniza.
Además, las autoridades de las municipalidades de Quito y Rumiñahui han definido planes de contingencia.
En esta última jurisdicción hay 17 vertientes y pozos que, por medio de tuberías, conducen el líquido hacia los hogares. De estos, el denominado sistema Molinuco, que abastece al 50% del cantón y da 210 litros por segundo, sería afectado. Corresponde a Sangolquí, Cashapamba, San Fernando y Selva Alegre (zona más poblada).
En el primer escenario, la afectación se daría en el cruce del sistema Molinuco con el río Pita, ya que la tubería está a casi un metro de profundidad. En el caso de una erupción, los lahares bajarían por el río Pita, Santa Clara y el San Pedro.
Ante este panorama, las autoridades de la Municipalidad han elaborado los planes de contingencia. José Pérez, director de Agua Potable de Rumiñahui, explicó que el plan de contingencia se basó en activar los otros sistemas de agua. Uno de estos es San Juan de Amaguaña, que bombea alrededor de 83 litros por segundo. “En una eventualidad, la conexión se perdería, por lo que necesitamos días para restablecerla”.
A mediano plazo se planificó la construcción de seis pozos, que potenciaría la provisión de agua. Están en Loreto, Mushuñan, San Agustín, Leticia, San Fernando y Curipungo.
La construcción de estos pozos tardaría alrededor de tres meses y captarían 100 litros por segundo. Solo se espera el préstamo de USD 2 millones para comenzar con esta obra. Así lo explicó Héctor Jácome, alcalde de Rumiñahui. “Estos pozos son los acuíferos que hay en el cantón. Y se espera equiparlos e interconectarlos para dotar de agua a la población. También tenemos el nuevo sistema: San Juan de Amaguaña”.
Actualmente, la dotación del líquido vital es de 250 litros por habitante, en un día. Sin embargo, en una eventualidad se reduciría a unos 40 litros por persona, al día. Es decir, habrá un racionamiento de agua, según lo explicó Pérez. “Los pobladores tendrían agua entre dos a tres horas al día”.
Esta preocupación, también, la comparten los pobladores de las diferentes localidades.
María Gómez, quien vive en Sangolquí, aseguró que es necesario que las autoridades brinden más información sobre la situación del agua, ya que, al momento, no se sabe qué pasaría con los sistemas de abastecimiento. “Necesitamos conocer los planes preventivos para estar preparados y prevenidos para cualquier evento”.
Otro de los escenarios es la caída de ceniza. En Rumiñahui se definió que no habría inconvenientes, porque el abastecimiento es por vertientes y pozos. Pese a esto, se tapó los filtros y demás equipos.
La bocatoma del río Pita
En caso de una erupción del Cotopaxi se prevé que el sector denominado como la bocatoma del río Pita se afecte por el paso de los lahares. Esta estructura conduce el agua hacia las plantas de Puengasí, Conocoto y El Placer. Lo que implicaría que haya una reducción del abastecimiento de agua en parroquias rurales como Conocoto y sectores del sur, centro y centro norte del Distrito.
Frente a esto, las autoridades han planteado alternativas. Una de estas sería la utilización de acuíferos como el de Iñaquito.
Algunos ya operan. Otros serían repotenciados. A esto se suma que se abastecerá con otras plantas de agua como la de Bellavista. Además se han colocado cubiertas en 18 plantas para evitar afectaciones por la caída de ceniza. Las autoridades recomiendan racionar el agua en los hogares.