En la calzada de la calle Oe4, en la Ciudadela del Ejército, en el sur, están diseminados una bañera y varios sacos con restos de concreto, ladrillo y piedra. Allí hay dos terrenos baldíos, en donde también se botan escombros.
Desde hace un mes, Segundo Guamán debe caminar por allí para llegar a su lugar de trabajo. Él cruza rápido por el mal olor, pues en medio de los escombros las personas también arrojan basura común y animales muertos.
“Aquí nadie controla, la gente bota sacos con escombros de las construcciones”. Además, por esa calle circulan los buses de la Cooperativa Quitumbe, que brindan servicio al sector.
En el barrio Turubamba la situación es similar. En la calle José Pontón hay un terreno sin cerramiento. Allí hicieron botadero algunas mecánicas de la zona. Una vecina, que prefirió no dar su nombre, contó que los propietarios de las mecánicas arrojan desde los aceites hasta latas.
También dijo que hay vecinos que queman la basura común en el terreno. “Hay una humareda y apesta”, dijo.
En Quito hay tres escombreras autorizadas por el Municipio. Están ubicadas en El Troje, en Tumbaco -en el sector de La Alcantarilla- y en Oyacoto.
Carlos Coral, jefe del Área de Escombreras, indicó que a estos tres sitios ingresa un promedio de 100 a 150 volquetas por día. Es decir entre 3 000 y 4 000 m³ de material. De ellos, entre el 20 y 30% son productos de lo que recogen en sitos no autorizados.
En las escombreras municipales el material no tiene ningún tratamiento especial, se compacta con maquinaria hasta igualar el terreno y este suba de nivel.
No se requieren permisos para ingresar a las escombreras municipales. En cada una hay que pagar por el depósito del material. (ver tabla).
La Ordenanza municipal 213 establece sanciones para quienes arrojen escombros en sitios no autorizados. Estas van desde un salario básico unificado (USD 264) y se duplica conforme se cometan las infracciones. La competencia de controlar y sancionar es de la Administraciones Zonales, a través de los comisarios.
Según Coral, los sitios más vulnerables para arrojar escombros son los alejados y oscuros como quebradas y terrenos baldíos. “La gente bota por facilidad, no se da cuenta del daño al medioambiente, porque los escombros no se degradan, hay que retirarlos”.
Un caso es el de la quebrada El Alicanto, que se ubica en medio de la Ciudadela del Ejército y La Ecuatoriana, en el sur. En un borde están apiladas llantas y dentro de la quebrada hay piedras, ladrillos y basura. Hay mal olor.
La av. El Sena, a orillas del río Machángara, es otro punto donde se arrojan escombros. Allí se observa el material desperdigado por el talud y dentro de las aguas del río. Otros están en la acera. Para cruzarla los peatones deben bajarse a la calzada. Alexandra Egas, una vecina, contó que allí también es urinario público. El miércoles pasado un conductor estacionó su carro y orinó entre los matorrales. En la av. Velasco Ibarra, en el sector de El Trébol, también se ve tierra, concreto y sacos en un terreno baldío. Por allí circulan varias líneas de buses.
Otros sitios donde hay este problema son las avenidas Simón Bolívar, De Los Conquistadores, De Los Libertadores y Las Casas. En esta última se colocó un guardia las 24 horas, porque las personas no dejaban de arrojar escombros.
Horarios de atención
En las escombreras se atiende de lunes a sábados de 07:00 a 19:00 y los domingos de 07:00 a 15:00. También trabajan los feriados en los mismos horarios.
Emaseo habilitó cinco puntos de acopio en los cuales se receptarán muebles viejos, escombros de construcción, restos de césped, árboles, llantas o electrodomésticos. Estarán abiertos hasta el 18 de diciembre.
Los puntos están ubicados en: av. John F. Kennedy y Ramón Chiriboga (La Ofelia), av. De los Shyris y Portugal (Parqueadero Parque La Carolina), Tarqui y av. 10 de Agosto (Parqueadero junto al Parque El Ejido), aAv. Sozoranga y Pilaló (Tras el Parque de Solanda) y av. Amaruñán y av. Quitumbe (Sector Terminal Terrestre).