Durante la celebración de la misa se presentaron grupos de baile, acompañados con marimbas y tambores. Foto: María Isabel Valarezo/ EL COMERCIO.
Por tercer año consecutivo, en la Plaza Cívica de Carapungo se presentaron música, danza y teatro en el Festival Afro Campal. Se trata de un evento que busca una interacción con la comunidad y también que se rompan estereotipos.
El programa se inició con una misa afro el mediodía del penúltimo domingo de mayo. En este acto se conjugó el ritual católico con expresiones del pueblo negro, especialmente en la música y en el baile. Los cánticos, por ejemplo, estuvieron acompañados por marimba y tambores. Al momento de las ofrendas, un grupo de bailarinas danzó en medio de las bancas dispuestas para los feligreses asistentes.
Los cánticos y la danza de los grupos Perlas Negras y Martina Carrillo acompañaron la intervención del párroco.
Geovanny Cevallos, uno de los organizadores, explicó que este eventotiene varios objetivos como la unidad; sin embargo, es de mucha importancia combatir la discriminación racial y mostrarse tal como son, como pueblo negro.
“Somos católicos, pero la forma en que nos expresamos y el festejo a Dios es distinto”, dijo Cevallos. Además, indicó que es una oportunidad para recordar a las personas fallecidas que pertenecen a las asociaciones afro en Carapungo. Él dice que son unas 15 agrupaciones.
El evento contó con intervenciones de música, danza, teatro de grupos de niños, jóvenes y adultos. Asimismo, en los alrededores de la plaza se ubicaron otros artistas. Uno de ellos fue Edmundo Rodríguez, de 33 años, quien retrató a la cantante Rihanna.
La Organización Afro Martina Carrillo mostró su arte. Victoria Méndez, su directora, explicó que su nombre lo atribuye a una mujer que arriesgó su vida para defender a los esclavos de la hacienda La Concepción, en Carchi, en 1778.
Son 24 jóvenes que conforman la agrupación y aunque en el festival danzaron, también están involucrados en fomentar la gastronomía afro, el teatro y la ejecución de proyectos culturales, explicó Méndez.
En el escenario principal se presentaron coros, tanto en la misa principal como en los diferentes actos musicales. Foto: María Isabel Valarezo/ EL COMERCIO.
Melanina fue otro de los grupos musicales que se presentó. Esta agrupación se formó hace cinco años y está integrada por ocho músicos del valle del Chota, Quito y Esmeraldas. Ellos han participado en varios eventos entre ellos los carnavales de Esmeraldas, en donde se conjuga el arte afro de distintas partes del país. Además, han tocado con la Orquesta Sinfónica Nacional.
También estuvo Ochún, que cuentan con 20 años de experiencia. Ellos conjugaron la danza y la percusión. Entre los instrumentos que tocan se encuentran la marimba, el bombo, las congas, los cununos, el bongo, el cajón peruano, la guitarra, el bajo, el güiro y el timbal.
José Moreira, morador de Carapungo, fue con su familia al festival. Él expresó que este evento hace que mientras más se conoce sobre su cultura menos se discrimine. Por eso, dice que cada vez sienten menos la discriminación, porque son parte de la comunidad.
El grupo musical Torbellino fue parte del festival que se realizó en el parque principal de Carapungo. Foto: María Isabel Valarezo/ EL COMERCIO.
En el norte de Quito, sectores como La Bota, Comité del Pueblo, Carapungo, Calderón y otros tienen una alta población negra. Solamente en Carapungo se asientan nueve asociaciones afro, según el sistema de indicadores sociales del Ministerio Coordinador de Desarrollo Social.
En Calderón, según el Censo 2010, en la parroquia, el 7,65% de la población se reconoce como negra, mulata, afrodescendiente o afroecuatoriana; es decir, 11 652 personas.
En contexto
La música y el baile son las principales expresiones, a través de las cuales, las poblaciones negras de Quito se identifican: esto les permiten difundir y consolidar sus raíces y cultura. En barrios como el Comité del Pueblo están más presentes en actividades comerciales.