En la parroquia Borbón, en Eloy Alfaro, ya se preparan algunos platillos para la merienda. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
Un quintal de nanao (pescado seco) y 30 racimos de plátano se reservaron para la Merienda de negros, que se hará el 30 de mayo en la parroquia Borbón, norte de la provincia de Esmeraldas.
Unas 1 200 personas están invitadas a servirse este plato, como parte del acto de entrega de reconocimientos a afroecuatorianos destacados, que organiza el Comité de Desarrollo de Borbón.
Esta parroquia, del cantón Eloy Alfaro, se caracteriza por el comercio de pescado seco, proveniente de poblaciones como Limones, La Tola, Rompido y La Barca. Allí, la mayoría de los afroesmeraldeños se dedica a la pesca.
La llamada Merienda de negros tiene una connotación histórica en los afros. Data de las reuniones de sus ancestros en las que comían tapa’o y a la vez conversaban en voz alta. De ahí el término, explica el escritor Diógenes Cuero.
La bandeja tradicional esmeraldeña se cocinaba a leña y se acompañaba con una bala de plátano amasada sobre una piedra negra, en forma de batea. El sonido del golpe de la piedra sobre el verde cocinado convocaba a los hambrientos.
Las piedras eran extraídas de los ríos Santiago o Cayapas, que cruzan decenas de comunidades como la de Ceferina Ayoví. Ella habita en Playa de Oro, cantón Eloy Alfaro, y es experta en hacer tapa’o y bala.
Para rescatar la tradición, el Comité de Desarrollo de Borbón, presidido por Carlos Obando, homenajeará a 30 afroecuatorianos que se han destacado en varios aspectos.
Entre ellos están Petita Palma y Guillermo Ayoví (Papá Roncón), reconocidos por cultivar la oralidad del pueblo afro, con su música. También están los poetas Antonio Preciado, Diógenes Cuero y Julio Micolta, por su aporte al arte.
En el deporte se reconocerá a Demetrio Vernaza, Pilar Tenorio, Iván Hurtado, Ulises de la Cruz, Agustín Delgado, Óscar Bagüi y Wálter Ayoví.
La merienda será una forma de mantener unido el pueblo afro del Ecuador, respetando las viejas costumbres. Por eso se servirá tapa’o, con agua de hierbaluisa endulzada con panela (surumba); champú, hecho con maíz y canela; casabe y arroz con leche de coco.
Noris Corozo, de 40 años, preparará la comida junto con 10 mujeres más. “Tenemos la leña para cocinar el tapa’o y los recipientes de mate donde se pondrá cada porción”.
Esta forma de celebración empezó hace 12 años con el profesor Robert Bone, quien hasta hace poco entregaba la Catanga de Oro a los afros más destacados de la provincia.
La noche de la presentación los organizadores vestirán túnicas de colores y kenyas (gorros) como vestían en las tribus que llegaron de África.
El ingreso al recinto y los alrededores del coliseo de Borbón se iluminarán con candiles de caña guadúa y coco.
Julio Micolta, poeta e invitado a la celebración, ve en esta fiesta la oportunidad para dar a conocer las tradiciones de los pueblos afro y chachi, asentados en los ríos Cayapas, que han inspirado a los escritores.