Las lluvias disminuirán en el transcurso de mayo, pero se combinarán con períodos de sol intenso, según el Inamhi. Foto : EL COMERCIO
Mayo es un mes de transición del período lluvioso al seco. Sin embargo, no hay que descartar que en el transcurso de estos días -hasta la tercera semana- se produzcan precipitaciones fuertes.
Entonces, la predicción para estos cinco días será: cielos parcialmente nublados en horas de la mañana, y por la tarde un incremento de la nubosidad y presencia de lluvias aisladas.
Pero en lo que va del mes las lluvias han sido escasas. Wladimir Areaga, técnico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), dice que se preveía que en el norte de Quito, durante el mes de mayo, haya una precipitación de 105.5 mm (un milímetro equivale a un litro de agua por metro cuadrado) y hasta el momento solo ha caído 25 mm; o sea, tres días de lluvias. En cambio, para el sur se calculaba 157 mm y hasta la actualidad ha precipitado 47.2 mm; es decir, cinco días de lluvias.
Por esa razón, Areaga sugiere que la población siga atenta a las lluvias que podrían caer en lo que resta de mayo. Todo dependerá de la circulación del viento que viene de la Amazonía de Brasil. Si hay viento del este será propicio para la generación de precipitaciones.
¿Qué pasó en abril?
Según las estadísticas que maneja el Inamhi, abril siempre ha tenido un pico máximo de precipitaciones, de ahí que para todo ese mes se preveía un promedio de 171.3 mm de lluvia en el norte de la urbe, pero solo cayó 102.8 mm. Hubo 13 días de lluvias.
Y en el sur se calculaba un promedio mensual de 209 mm y la suma que se alcanzó fue de 153.3 mm de lluvia. Hubo 18 días con precipitaciones.
Sin embargo, en abril se registró el mayor número de novedades: 24 inundaciones y nueve movimientos en masa en un solo mes, en el Distrito Metropolitano de Quito, según datos del COE.
No solo eso, en abril se reportaron las más grandes tragedias de lo que va del año. Por ejemplo, la tarde del 17 de abril las aguas de la quebrada El Conde (sur de Quito) se desbordaron del cauce y arrastraron a un taxi, junto con sus ocupantes.
Los tres pasajeros fueron salvados por los vecinos del barrio Venceremos, pero el conductor del vehículo fue arrastrado por la correntada y solo a los ocho días lo encontraron a 148 kilómetros de donde sufrió el accidente.
La lluvia que cayó aquel día no fue tanto, el problema fue que en solo cuatro horas llovió el 76% del valor total registrado en ese día: 21.7 mm.
La situación se agravó porque en días anteriores había llovido abundantemente en la zona, lo que produjo una saturación del suelo y por ende menor capacidad de infiltración, indica Gonzalo Ontaneda, director de la Unidad de Investigaciones del Inamhi.
Toda esta situación facilitó la crecida desmesurada de las aguas de la quebrada y, por ende, el accidente en ese lugar.
Y ¿por qué cayó tanta agua en pocas horas? Según Ontaneda es porque, en muchas ocasiones, se presentan condiciones termodinámicas; o sea, en un lugar hay mayor evaporación o calentamiento y cuando se condensa se precipita con la mayor fuerza posible.
Esta situación se está haciendo costumbre. El especialista del área de Investigación del Inamhi recuerda que actualmente ya no se puede hablar de dos veranillos a lo largo del año: en el Día de Difuntos, el veranillo de las almas; y en Navidad, el veranillo de El Niño.
Actualmente se observa que dentro de la época lluviosa hay un sinnúmero de veranillos; es decir, llueve intensamente dos o tres días y deja de llover varios días. Y de eso hay que cuidarse.
Frente a ello, Ontaneda aconseja -sobre todo para aquellas personas que viven en sitios proclives a deslaves- que deben buscar ayuda en el Municipio y relocalizarse porque “más temprano que tarde la naturaleza les pasará factura. Hay que tomar medidas para evitar problemas en la salud, en los bienes o en la vida”.
Hay que recordar que las precipitaciones al sur y al oeste de Quito son mayores que hacia el norte y al este. ¿Por qué? Según Ontaneda porque hay un fenómeno en el cual las masas húmedas de la Amazonía vienen y avanzan hasta donde encuentran menores temperaturas como son las montañas y se condensa para inmediatamente precipitarse mayormente en esos lugares.
El sur es más frío que el centro y el norte, entonces allá se condensa ese vapor de agua y precipita. Lo mismo ocurre en las cordilleras.