La calificación a la imagen de Angela Merkel ha bajado tras el escándalo de espionaje. Foto: EFE
La mayoría de alemanes ven la credibilidad de la canciller Angela Merkel amenazada por el escándalo que desató la presunta cooperación de los servicios secretos del país con el espionaje estadounidense en Europa, según un sondeo publicado hoy.
Un 62 por ciento de los votantes consultados por el instituto Insa para el diario Bild ve la credibilidad de Merkel en peligro, frente a un 18 por ciento que opina lo contrario. La imagen de la canciller está amenazada incluso para un 54 por ciento de los votantes de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU). El porcentaje se eleva al 77 por ciento entre los del partido socialdemócrata (SPD), socio en la coalición de gobierno.
Además, un 42 por ciento de los 2.148 consultados consideró que el jefe de los servicios secretos alemanes del exterior (BND), Gerhard Schindler, debe renunciar de inmediato, frente al 20 por ciento que cree que debe seguir en el cargo.
La polémica estalló a fines de abril, cuando diversos medios alemanes aseguraron que la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) usó durante años una base de escuchas del BND para espiar a instituciones, funcionarios y empresas de Alemania, Francia, Austria y Bruselas.
Ambos servicios secretos habían firmado un acuerdo de cooperación en 2002 para mejorar la coordinación en la lucha antiterrorista tras los atentados del 11-S en Nueva York y Washington, pero fijando líneas rojas al parecer traspasadas, como el espionaje a empresas.
El escándalo provocó estos días roces en el seno del gobierno de Merkel, pedidos de explicaciones de socios europeos afectados y una fuerte condena de la sociedad alemana, especialmente sensible con los derechos de privacidad e indignada con el espionaje de la NSA.
Uno de los miembros del gobierno más cuestionado fue Thomas de Maizière, hoy ministro del Interior y antes jefe de gabinete, cargo que supervisa al BND, de 2005 a 2009.
Según los medios, el BND informó en 2008 al gobierno sobre las prácticas de la NSA. Sin embargo, el cristianodemócrata (CDU) negó las acusaciones y dio por zanjadas las dudas después de comparecer hoy a puerta cerrada ante el gremio parlamentario de control de los servicios secretos para dar explicaciones.
“Como jefe de gabinete en 2008 no supe nada de términos de búsqueda del lado estadounidense que apuntara al espionaje industrial en Alemania”, dijo tras su esperada comparecencia.
“No se mencionó ningún nombre de empresas, sino que se trataba más bien del deseo estadounidense de extender la cooperación, una cooperación problemática”, añadió.
Según De Maizière, el BND aconsejó entonces no ceder al pedido estadounidense y el gobierno lo rechazó. “Por eso no queda nada en pie de las acusaciones que se presentaron contra mí”. No está claro si las explicaciones del ministro bastarán para serenar las aguas revueltas por el escándalo.
Por lo pronto, el fiscal general alemán, Harald Range, pidió al gobierno de Merkel la lista de objetivos de espionaje enviada por la NSA al BND. Incluso la propia Merkel se mostró dispuesta a comparecer ante la comisión que investiga el escándalo de la NSA. “Declararé y responderé en donde haga falta”, dijo en una entrevista en la radio.