Depurada técnica. Alto nivel táctico. Equipos del llano que juegan sin complejos en la altitud. Seleccionadas nacionales repartidas en los clubes participantes. Jóvenes promesas marcando golazos. Público en las gradas y auspiciantes que respaldan al fútbol femenino.
Este es un muestreo al cumplirse la segunda jornada del III Campeonato Nacional de Fútbol Femenino. Los clubes mejoraron cuando varias integrantes del super-campeón Rocafuerte refuerzan otras entidades.
Los equipos manejan módulos tácticos definidos y se evidencia el trabajo de los entrenamientos.
El panorama es optimista pese a que dificultades presupuestarias afectaron el inicio del Campeonato. Felizmente una intervención presidencial influyó para que el Ministerio del Deporte aumentara la contribución fijada inicialmente.
Sin embargo hay que realizar correctivos y cumplir el reglamento, aunque, sus consecuencias sean dolorosas como sancionar a un club con la pérdida de puntos por no presentar a tiempo el carnet de una jugadora.
Los problemas hay que tratarlos, puntualizarlos y solucionarlos. Solo así el torneo crecerá en confianza y transparencia. Este es un año crucial. La tercera edición del interclubes será la vidriera para consolidar la imagen competitiva del torneo femenino.
Que falta mucho es cierto. Sin embargo el nivel de crecimiento es sorprendente. Por ello, la dirigencia deberá seguir respaldando.