Luego del ataque de ayer, 15 de abril, en el Cauca, se abre una serie de interrogantes sobre el diálogo de paz colombiano.
¿El ataque significa el final del proceso de paz?
Aunque es un golpe muy duro, es improbable que rompa el proceso de diálogo en La Habana, consideran los expertos. De hecho, las negociaciones comenzaron en octubre de 2012 en medio de la guerra, sin que el gobierno hubiese declarado un cese del fuego.
¿Cuál era la situación militar hasta ahora?
Ante los avances en el diálogo, las FARC decretaron un cese del fuego unilateral e indefinido desde el 20 de diciembre pasado. El 10 de marzo, el presidente Santos ordenó un cese de bombardeos contra las FARC por un mes, pero no de las operaciones militares. El 10 de abril lo prorrogó por otro mes. Pero la guerrilla reclamaba un cese total del fuego.
¿Por qué el gobierno no acuerda un cese total del fuego?
En anteriores conversaciones de paz, las FARC aprovecharon los ceses del fuego bilaterales para rearmarse. Por eso, en esta oportunidad, el gobierno de Santos no aceptó que se imponga esa condición para iniciar el diálogo. Por otra parte, en marzo pasado, muchos jefes militares se opusieron al cese de los bombardeos contra las FARC decretado por Santos, porque, sin ellos, al ejército se le hace muy difícil controlar los inaccesibles campamentos guerrilleros.
¿Qué buscó la guerrilla con este ataque en particular?
La zona donde ocurrió el ataque ha sido históricamente un corredor estratégico en el ala militar y narcotraficante de las FARC. Allí hay cultivos de coca y marihuana, un soporte financiero vital para la guerrilla. Para ellos, la lucha armada es parte de la cotidianidad y es su recurso para continuar con sus actividades ilegales, con el ejército a buena distancia, hasta tanto se firme la paz.
¿Cuáles son las alternativas ahora?
Algunos expertos estiman que la única respuesta a este ataque es acelerar los mecanismos que permitan una rápida firma de la paz para forzar el compromiso de la guerrilla a reinsertarse en los canales de la legalidad. “Reclamar a la guerrilla la entrega de sus armas es el resultado de un acuerdo final, no puede ser una condición para el diálogo”, dijo el senador izquierdista Iván Cepeda, de Polo Democrático..