Imagen referencial. Algunas personas consideran que los argumentos sobre moral son suficientes para alejar un pequeño de su madre. Foto: Pixabay
El 6 de marzo del 2015, el pequeño Gaspard B. salió en brazos de su padre y desde entonces su madre, la francesa Arianais A. no lo encuentra. Ella usó las redes sociales para contar su historia y tratar de obtener una pista de su paradero. Ahí publicó que se embarazó luego de mantener una relación con Andrés B., un guayaquileño al que dice haber conocido en Montañita, en el 2012.
La joven subió contenido a un portal web creado para encontrar a su hijo pidiendo a los ecuatorianos que la ayudaran. Pero en medio de todo, el padre del niño apareció y respondió a los comentarios que se publicaron en su contra.
Lo hizo a través de otro portal web. Ahí subió fotos en las que supuestamente se ve a la madre en situaciones que el padre tildó de “inmorales”. Esto desató un debate a favor y contra de cada uno, en las redes sociales.
Más porque esas fotos se usaron en un proceso legal para solicitar la custodia del pequeño. La abogada y activista Silvia Buendía conoció el caso. Ella considera que la vida privada de una mujer y su sexualidad no pueden ser usadas como pruebas de maltrato infantil, que fue el argumento que el padre y los abuelos del niño presentaron ante un juzgado.
Además, Buendía explicó que esas gráficas se hicieron antes de que el niño naciera y por tanto no deberían ser tomadas en cuenta. Pero un juez, en un primer dictamen, otorgó a los abuelos paternos la custodia temporal del niño.
Más tarde, una jueza de la Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia dispuso que el niño sea entregado inmediatamente a la madre. Con ese dictamen, la joven francesa intentó recuperarlo, pero aún se desconoce su paradero.
En las redes sociales, los criterios de tuiteros indignados y de expertos en derechos de los niños y de las mujeres libran una batalla con aquellos que consideran que los argumentos sobre moral son suficientes para alejar al pequeño de la madre.
Desde el 4 de abril, en que la mujer de 31 años convocó a una rueda de prensa en Guayaquil para explicar su situación, el caso ocupa un espacio en los medios de comunicación. Y ha logrado el respaldo de organizaciones como Human Rights for All y Mamás Guerreras, además del Consulado y la Embajada de Francia.