En la calle Lizardo García se emplazan bares y discotecas que tienen una demanda de jóvenes y turistas. Foto: Alfredo Lagla/EL COMERCIO
Son las 15:30 del viernes y tres chicas tratan de caminar derechas, al salir de uno de los bares de la Lizardo García. Lucen mareadas y se ríen cuando chocan con grupos de jóvenes.
A esa hora, en esa calle de La Mariscal, desde la Juan León Mera hasta la Luis Cordero, los camiones de cerveza se parquean. Los repartidores, con dos y tres jabas en las manos, se mueven entre los universitarios -clientes fijos- como profesores con libros en las aulas.
Elepé Bar, India Bar, Bangash Food, Prohibir High Rock, Lennon, Bapu… Esas son algunas de las opciones. Hay unos 20 locales en donde se oferta cerveza. La marca más económica está en combos de USD 3 por 3 o 3,50 por 3 botellas. La más cara de USD 5 o 6.
No son las 16:00 y la Lizardo García huele a orina. En una de las veredas aparecen sentados muy cómodos jóvenes que fuman pipas. En el interior de varios establecimientos, los dueños comentan que los encuentran con manzanas, con agujeros y sostenidas por el palo de un chupete o de un bolígrafo. Son usadas en lugar de ese dispositivo, para drogarse.
Hasta el 30 de abril, los establecimientos que funcionan en esta calle, en la Plaza Foch, Colón, Orellana, Isabel La Católica y 12 de Octubre deberán cumplir con normas técnicas. En otros sectores de La Mariscal, la fecha límite es el 31 de diciembre. Es parte de los planes de gestión para la Zona Especial Turística La Mariscal, como consta en la resolución A012 del Alcalde. Se trata de parámetros, para mejorar.
En la Lizardo García, hay administradores de locales que dicen no conocer aún qué mejoras deberán implementar. “Vamos a cumplir, ni modo no hay opciones, para poder abrir. No he leído la carpeta. En serio no sé qué cambios debo hacer”, contestó el paquistaní Rizwan Mohammed, de Lennon Bar.
Eddie Suárez, de Prohibir Zona Rock, bar de segunda categoría, apunta: “algunas de las normas técnicas son incumplibles”. Contó que varios propietarios de la zona consiguieron un abogado y esperan pedir un recurso de protección constitucional porque las medidas les dejarán sin posibilidades de trabajar al 60% de lugares, al menos 20. Detalla que en entre otras normas no podrían colocar accesos para personas con discapacidad, como rampas o ascensores; no están de acuerdo con tener un mesero por cada cinco mesas, un barman por cada barra y personal que hable un idioma extranjero.
Suárez no conocía de la decisión municipal de cambiar el uso de suelo de la Lizardo García, lo que significa que deberá de cambiar de negocio.
Esto lo confirmó Patricio Velásquez, director de Calidad y Asistencia Técnica de Quito Turismo, quien señaló que participaron de una reunión con residentes de La Mariscal. Y que allí, la Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda ratificó que se cambiará el uso del suelo de esa calle de R3 a R2. Eso significa que se restringe la ubicación de discotecas y bares, puede haber restaurantes, cafeterías y hospedaje.
Habrá un período de transición de un año, para que los negocios cambien su giro. Es posible que algunos que no tengan expedientes levantados por la Agencia Metropolitana de Control puedan mantenerse si tuvieran años en esa calle. “Era un pedido de los residentes y representantes de negocios. Hay temas que se vuelven una olla de presión, crecen y explotan”, dijo Velásquez.
También se le encargó a Quito Turismo trabajar en una normativa sobre bocas de expendio, cuyo borrador deberá estar listo en 90 días. No se conoce si el Municipio entregará cupos para que solo un número de locales venda alcohol o habrá una cantidad límite de venta. Sobre la provisión de cerveza se trabajará en horarios, para que “no se genere la idea de que la zona es un bebedero porque los camiones de entrega llegan a toda hora”.