El mediodía, en el Centro Histórico, se vivió de manera diferente. Las vacaciones del primer quimestre hicieron que calles como la Chile, por donde diariamente transitan alrededor de 250 000 personas, lucieran más despejadas.
Este lunes 9 de febrero del 2015, en el primer día de vacaciones quimestrales, en la zona patrimonial no hubo risas ni los habituales correteos de niños y adolescentes uniformados.
También estuvieron ausentes las vendedoras de caramelos que se suelen ubicar durante la temporada de clases en los exteriores de los colegios San Pedro Pascual, Espejo, entre otros.
Lucrecia Quimbita, comerciante de mangos picados, prefirió, en ausencia de sus principales clientes, arriesgarse a vender menos que quedarse en casa y no ofertar su producto.
Contó, frente a la unidad educativa, que en días normales durante el mediodía vende unos USD 10. Sin los estudiantes, este lunes no llegó ni a la mitad. Ella también visita el Colegio El Cebollar.
Para el propietario de una relojería de la zona, Carlos Mera, pese a que su negocio no está ligado directamente con las clases, la menor afluencia de personas también influye. “Los padres pasan y aunque sea me encargan algún arreglo“.
El ambiente más apacible también se sintió en los alrededores del Colegio Sagrados Corazones. En la calle Benalcázar, quienes sintieron la menor concurrencia de gente fueron los pasajeros de unas cinco líneas de buses que circulan por esta calzada.
Victoria Vinueza, quien acudió al sector para hacer una compras, se sintió aliviada porque al inicio de la tarde los buses estaban más holgados.
En el Centro también se encuentran planteles como la Escuela Cuenca y la Unidad Educativa Dario Guevara, en San Roque. Allí también se sintió una disminución en las ventas de la actividad comercial.