La nueva designación del seleccionador nacional no tuvo altos niveles de sorpresa ni las usuales incertidumbres. La dirigencia escogió una alternativa con más sentido de realidad que de expectativa.
La salida de Sixto Vizuete rectificó un camino que parecía equivocado y dejó una enseñanza para el entrenador destituido. Los técnicos luego de firmar su contrato acomodan sus maletas cerca de la puerta.
Dramatizar la salida de un jefe técnico es una pérdida de tiempo. Simplemente la Presidencia de la FEF no promocionó a Vizuete al siguiente nivel y apostó por una alternativa.
Sin embargo, la equivocación de la Ecuafútbol constituyó no seguir los protocolos que el caso ameritaba, irrespetando a Vizuete. No había ninguna prisa. Por ello había que dialogar con el DT y comunicarle la decisión.
Gustavo Quinteros guía sus conceptos por la practicidad. Sus excelentes campañas en Emelec fueron sustentadas en adoptar tácticas adecuadas a la realidad del equipo. Valorizó el aporte individual y logró un armónico rendimiento colectivo a través de eficaces innovaciones tácticas.
El desafío para Quinteros es complicado; llegará a un grupo con vestigios de fracaso y dirigirá a una Selección acostumbrada a clasificarse a tres mundiales y con la presión de una hinchada que exige actuaciones superlativas.
Hay que implantar un mismo estilo de juego en las formativas, nominar un supervisor general y sobre todo, a nivel de torneos internos sincerar la edad de los futbolistas a través del examen cartográfico, para terminar de una vez por todas el capítulo de los “pasados de edad”.
@jacintobonillap