Desde el 1 de Enero del 2015 los articulados de unión entre la Troncal 2 y 3 dejaron de funcionar. Foto: Camilo Pareja / EL COMERCIO.
Desorientados e inconformes se encuentran los usuarios de la Metrovía en Guayaquil por los nuevos cambios respecto a los buses de integración. Desde el 1 de Enero del 2015 los articulados de unión entre la Troncal 2 y 3 dejaron de funcionar.
Esta decisión se informó mediante la cuenta de la Fundación Metrovía en Facebook. La mayoría de pasajeros de este sistema de transporte desconocían de la nueva normativa y se desubicaron. Por lo que, aquellos peatones que normalmente hacían el cambio de vehículo en las paradas de Iglesia de la Victoria o Plaza Victoria tuvieron que consultar a los guardias sobre como proseguir para el traslado de ruta.
Aunque en el boletín, se detalló que los guayaquileños tienen 10 minutos para caminar de una parada a otra sin pagar doble pasaje esta acción no se cumple, ya que todos fueron obligados a usar nuevamente su tarjeta.
Un empleado de la Fundación Metrovía en la parada de la Maternidad Enrique Sotomayor se encontraba informando a las personas sobre el cambio, esta situación sorprendió a los usuarios que no les quedó opción que caminar y pagar de nuevo por su pasaje.
Según Oscar Cornejo, esta zona de la urbe porteña es peligrosa y más aún en las noches, por lo que caminar entre estas calles no es seguro.
Para ofrecer más protección a la ciudadanía, el trabajador de la Metrovía, Cristian Mendoza, comunicó que desde inicios de año se colocaron 60 guardias por el perímetro con el objetivo de evitar robos a los peatones. Además, aceptó que aún no se planifica bien el sistema para que no se pague doble pasaje, ante lo cual, recomendó tener paciencia con los nuevos cambios.
Carlos Puertas, es un estudiante que usa este sistema de transporte casi a diario, para él este tipo de modificaciones tiene que difundirse con tiempo de antelación para que las personas estén al tanto de la situación y no se desubiquen.
A esta queja, se unen varios reclamos de la gente en redes sociales como Twitter y Facebook, quienes consideran como una falta de respeto para la ciudadanía que regularmente usa el transporte articulado.