La eutanasia de Frank Van Den Bleeken, de 52 años, iba a llevarse a cabo el próximo domingo. Foto: Stephanie Lecocq/ EFE.
La eutanasia prevista de un violador y asesino belga en detención desde hace décadas no se llevará a cabo por la polémica generada en Bélgica, uno de los pocos países del mundo que autoriza la ayuda activa para poner fin a la vida en un marco legal.
La eutanasia de Frank Van Den Bleeken, de 52 años, iba a llevarse a cabo el próximo domingo pero sus médicos “decidieron no continuar con el procedimiento”, anunció el ministro de Justicia, Koen Geens.
Van Den Bleeken, que cometió varias violaciones de las cuales una fue seguida por el asesinato de la víctima, pasó los últimos 26 entre rejas, en anexos psiquiátricos penitenciarios por falta de lugar en instituciones apropiadas.
Al considerarse sin cura y peligroso para la sociedad, pero juzgando asimismo sus condiciones de detención ‘inhumanas’ , Van Den Bleeken pidió en un primer momento ser internado en un establecimiento psiquiátrico especializado en Holanda.
Pero a falta de un acuerdo entre los dos países, la justicia belga negó su traslado el año pasado. Creyéndose sin ninguna otra posibilidad, hizo valer su derecho a la eutanasia en virtud de la ley de 2002, que la autoriza en casos de “sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable” .
Tres expertos psiquiátricos dieron su aval, estimando que no tenía esperanzas de mejoría. Un médico había aceptado aplicarla en el ala médica de la prisión de Brujas (noroeste) este domingo.
Pero desde el anuncio el sábado pasado, la prensa internacional puso el objetivo en la ley que hizo de Bélgica el segundo país, detrás de Holanda, en legalizar la eutanasia.
La ampliación de esta ley a los menores de edad, sin importar su edad, afectados por enfermedades sin cura conocida, despertó numerosas críticas en el extranjero.
El gobierno belga no puede ni autorizar ni prohibir una eutanasia, la decisión recae únicamente en el cuerpo médico. No hubo ningún comentario oficial hasta que el ministro de Justicia anunció este martes la decisión de los médicos de Van Den Bleeken.
El ministro no ofreció precisiones sobre los motivos de este giro e indicó únicamente que “las motivaciones personales de esta decisión recaen en el ámbito del secreto médico” .
El ministro Geens explicó que ‘decidió’ transferir a Van Den Bleeken a un nuevo centro psiquiátrico en Gante (oeste) , una opción que el detenido había hasta ahora rechazado.
El ministro agregó que tras recientes contactos con La Haya se abrió “una clara perspectiva de un traslado rápido hacia un centro especializado en internamientos largos” en Holanda.
Pero la polémica en Bélgica, donde se llevaron a cabo más de 1.800 eutanasias en 2013, sigue latente. Un grupo de asociaciones cercano a la Iglesia católica reclamó una “revisión sin tardar” de la ley de 2002 y un mejor control de su aplicación.
Incluso los movimientos favorables a la eutanasia denunciaron una perversión de la ley si se aplicaba en este caso particular. “Sería una especie de pena de muerte disfrazada, perpetrada por la falta de inversiones del Estado” en institutos adecuados, lamentó el presidente de la Liga belga de derechos humanos, Alexis Deswaef.
“¿Es exagerado afirmar que esta solución acerca peligrosamente nuestra sociedad a la barbarie?” , se preguntó. Unos quince detenidos siguieron el ejemplo de Frank Van Den Bleeken y pidieron una eutanasia, según la prensa belga.