Los pupilos del Johvani Ibarra se entrenaron el miércoles en el estadio General Rumiñahui. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Redacción Deportes (D)
El día de la graduación. Así fue como bautizaron los jugadores del Clan Juvenil al encuentro que disputarán esta tarde (15:00) frente a Fuerza Amarilla, en el estadio de Sangolquí.
Los futbolistas le dieron esa connotación a este viernes por la importancia que tiene el partido para su carrera deportiva. Hoy, los futbolistas del Clan Juvenil disputarán la final del torneo de Segunda Categoría con el equipo de El Oro, al que tienen que ganarle con un mínimo de tres goles para lograr el ascenso a la Serie B.
Subir de categoría es el sueño de 30 futbolistas que reciben mensualmente un sueldo básico (USD 340) y que se han destacado durante todo el torneo. Ese también es el anhelo del técnico Johvani Ibarra, que por segundo año consecutivo dirige al Clan Juvenil y busca el ascenso a la Serie B.
Él, precisamente, es quien motiva a los deportistas para el llamado día de la graduación, y ese liderazgo dentro de la cancha hace que jugadores como Luis Celi lo cataloguen como un “buen amigo y entrenador”.
En ese mismo concepto lo tiene Juan Cevallos, presidente vitalicio del equipo sangolquileño, con 41 años de fundación y con cuatro de ellos en la Segunda Categoría. “Ibarra es una persona que tiene mucha experiencia”, resaltó.
El estratega ecuatoriano dio una muestra de ese liderazgo el pasado miércoles en el penúltimo entrenamiento de la semana, también en el estadio de Sangolquí. A ese escenario, Ibarra llegó motivado, exhibiendo una sonrisa y luciendo un calentador plomo. Apenas pisó la cancha, el DT tomó su silbato y empezó a motivar a sus pupilos.
Lo mismo hizo Cevallos, antes de que se iniciara la práctica. El directivo reunió a los jugadores en el gramado para decirles que “son capaces de conseguir el ascenso”.
Allí les recordó todo el empeño que han derrochado durante el torneo y la necesidad de cumplir con un último esfuerzo para conseguir el objetivo que el año pasado se les escapó de las manos. “Sé que ustedes pueden”, culminó.