El fallecimiento de un ciudadano africano causó alarma en Guayaquil al difundirse el rumor de que podría tratarse de un caso de ébola. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Redacción Guayaquil
La muerte del senegalés Sen Ly Demba, el pasado martes 11 de noviembre en Guayaquil, ha despertado el debate sobre si las autoridades locales de salud procedieron o no correctamente al aplicar el protocolo para casos sospechosos de ébola.
El protocolo fue elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) luego de que el brote de este virus se expandiera en el continente africano en el 2013. El objetivo es evitar la transmisión de la enfermedad, sobre todo en los centros y casas médicas.
Demba habría llegado al país, desde España, el lunes 10 de noviembre. El martes fue llevado en un taxi a una clínica en el sur de Guayaquil, por dos acompañantes africanos. En el camino vomitó y habría estado muerto al llegar a la clínica.
El cuerpo fue recibido por un paramédico sin la protección adecuada, quien luego de colocarlo en una camilla, comprobó que el hombre estaba sin vida.
¿Se trató realmente de un caso de ébola? Aún se desconoce.
Pablo Acosta, director nacional de vigilancia epidemiológica señaló que no. Lo hizo el día de la muerte del senegalés, luego de que el cuerpo del fallecido fuera llevado a la morgue del Hospital de Infectología en el Puerto Principal. Sin embargo, las declaraciones de Acosta no se sustentaron en documento o prueba médica alguna. “No configura un caso de ébola porque en Senegal no existen casos de esta enfermedad”, dijo.
Pero añadió: “vamos a practicar el protocolo de ébola, que consiste en que el equipo que va a trasladar el cadáver, use todas las prendas de seguridad”.
Los restos fueron llevados al Hospital de Infectología del Puerto Principal. Una de las críticas que existe en este traslado es que las prendas de seguridad no estaban completas. La persona que manipuló el cadáver sí usó mascarilla y un overol, como lo sugiere Médicos Sin Fronteras. Pero faltaron algunas prendas. Según muestra una fotografía publicada hoy (jueves 13 de noviembre) por diario Expreso, el encargado de mover el cuerpo usó protectores de zapatos en lugar de botas de caucho, y no utilizó protección para la zona de los ojos.
Además, el protocolo estipulado por la OMS se divide tres etapas: desde la captación de posibles casos, su traslado a hospitales y el tratamiento.
Por lo que, de tratarse de un caso de ébola, el protocolo debió haber sido aplicado desde antes del traslado de los restos. Tampoco se tomaron las medidas necesarias para proteger a las personas que mantuvieron contacto con el fallecido.
El taxista que transportó a Demba, en el vehículo donde vomitó, así como sus acompañantes podrían estar en riesgo. Solo uno de ellos está retenido por precaución y el paradero del otro es desconocido. Asimismo, podría estarlo el médico que lo recibió en el hospital.
La causa de la muerte de Demba aún se desconoce. Se enviaron muestras a Canadá para confirmar si se trata o no de un caso del mortal virus. Los resultados llegarán al país la próxima semana. Mientras tanto, quedan muchas interrogantes sobre el manejo del proceso y el Ministerio de Salud Pública aún no se ha pronunciado, a pesar de haber señalado que ayer enviaría un comunicado oficial.