Con cuatro proyecciones, la cinta ecuatoriana ‘Silencio en la tierra de los sueños’, de Tito Molina, se estrenó para América Latina durante el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
Molina llegó a México para presentar la historia de una anciana mujer, cuya vida transcurre en medio de una solitaria rutina en su pequeña casa y la visión de una mágica playa adonde escapa en sus sueños. De pronto, la historia da un giro cuando un perro vagabundo aparece en su puerta para alterar esa cotidianidad.
Este es el segundo festival internacional para la película, que el año pasado participó en Waves, una de las secciones oficiales del Festival de Cine de Torino, en Italia.
Pero la gira de festivales apenas comienza para el director ecuatoriano y su obra. Esta misma semana, la cinta será parte de la selección oficial del Festival Internacional de Barranquilla en la sección Iberoamericana. También está confirmada su presencia en la nueva edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente en la sección Panorama.
Cuatro festivales de cine independiente donde la película de Molina se integra como parte de una visión diversa y de un marcado estilo personal sobre la condición humana, además de servir como primera vitrina para una posible comercialización internacional.
Este es el segundo largometraje -el primero de ficción- luego del estreno del documental ‘Por qué mueren los castaños’.
Desde hace siete años, Molina venía trabajando un segundo documental biográfico sobre la figura de su padre, cuya muerte dejó inconcluso el proyecto. Reponiéndose de esa pérdida, el director manabita dio un giro a su proyecto y lo transformó en una obra de ficción que lo describe como un ejercicio contemplativo enfocado en la soledad y el silencio y que ubica a su madre Bertha Naranjo como protagonista.
El primer borrador del guión estuvo listo a finales del 2010, cuya columna vertebral -dice Molina- son las acciones rutinarias que ocupan el tiempo de este personaje “al que solo le queda un lugar por habitar, cuando siente que ha cumplido con su ciclo personal y que intenta reconstruirse sobre su inminente soledad”.
Una historia en la que el director se desprende de la expresión verbal para narrar la historia al ritmo que marca la naturalidad de la protagonista y sobre un registro sonoro propio de cada una de las acciones que se hilvanan en la cinta como una sólida unidad narrativa.
Una propuesta innovadora gestada durante la etapa de posproducción en la que fueron necesarias hasta 74 pistas de sonido para dar forma al diseño de sonido desarrollado por Esteban Brauer y que se complementa con una acertada dirección y fotografía.
Una experiencia que también deja lecciones a Molina, quien tuvo que adaptar su método de trabajo -en cuanto al tiempo de rodaje y a la dirección de actores- a la predisposición de su protagonista cuya interpretación lo ha dejado satisfecho.
‘Silencio en la tierra de los sueños’ seguirá recorriendo muestras y festivales hasta su estreno en el Ecuador, previsto para agosto de este año.