Anthony Coveña junto a sus abuelos, Clofe Andrade y María Vergara. Foto: EL COMERCIO
María Vergara subió al escenario a abrazar a su nieto, Anthony Coveña. El niño de 13 de años, nacido en La Concordia (Santo Domingo), fue el primer clasificado a la final de la tercera temporada del reality Ecuador Tiene Talento.
Antes de su presentación estaba sentado cerca de la puerta del camerino. Él no conversaba con nadie, solo practicaba con su guitarra. Otra de las participantes, Karla Cueva, se acercó a él y recién entonces empezó a socializar con sus compañeros.
Los participantes permanecían en el salón, a la espera de sus presentaciones. Lejos de estar nerviosos, ellos bromeaban entre equipos, incluso los Batu-K y Bail Arte intercambiaban pasos de sus coreografías.
Los integrantes de Batu-K, oriundos de Pasaje (El Oro), comentaron que su estadía en Guayaquil no fue fácil, ellos tuvieron que bailar en las calles para recoger dinero y con eso sustentar su alojamiento y alimentación.
Los miembros de la agrupación Tsachila, Tolón Pelé, tampoco socializaron con sus compañeros. Ellos permanecían en un rincón esperando que sea su turno de salir al escenario. Ramón Calazacón, miembro del grupo, comentaba el orgullo de representar a su nacionalidad; ellos buscan que las nuevas generaciones se identifiquen con sus raíces.
Vane y Barril -también clasificados a la final- eran los más animados del camerino. Ellos entrevistaban a sus compañeros después de las presentaciones. Vanessa Burbano y Ricardo Terán, son sus nombres reales, ellos han trabajado juntos desde hace dos años, además de ser novios, comparten su gusto por la música y las artes escénicas.
Mientras esto sucedía en el camerino, los jueces Wendy Vera, María Fernanda Ríos, Paola Farías y Fabricio Ferretti, analizaban a cada uno de los participantes. Durante los cortes comerciales, los asistentes al teatro Centro Cívico de Guayaquil, aprovechaban para tomarse fotos con ellos.
Ferretti y Farías eran los más abiertos con el público. Ellos accedían a cada pedido de foto y autógrafos; incluso, un atrevido asistente subió a la tarima de los jueces, para dar un beso a “Paolita”, como la llamó de cariño.
Uno de los momentos emotivos de la noche fue cuando la abuela de Coveña se levantó entre el público. El niño empezó a llorar porque no la veía hace dos meses. Durante ese tiempo, el permaneció en Cuenca, ensayando para su presentación.
“Voy a pagar las deudas de mi abuelita” dijo el menor, cuando se le consultó qué haría si llega a ganar los USD 30 000 que otorga el show, al primer lugar. Adelantó que seguirá cantando pasillos, es su manera de incentivar al renacer de este género musical.
Coveña recibió felicitaciones de todos. Cuando el programa salió del aire, los participantes eliminados volvieron al escenario para abrazar al finalista. Los jueces no se quedaron atrás; uno por uno extendió su felicitación al joven cantante.
Clofe Andrade, abuelo del menor, agradeció el apoyo que recibió su nieto. Dijo que Anthony es su “más grande orgullo”.
El público salió conforme. Tras conocer a los dos finalistas, no hubo objeciones ni reclamos. El recinto quedó vacío en menos de 10 minutos.