El grupo folclórico Pacha Samy trabaja sus propuestas coreográficas basadas en historias y costumbres de Santo Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO
La cultura de los nativos de Santo Domingo de los Tsáchilas se ha convertido en la inspiración de varios grupos artísticos de la localidad. Los acompasados movimientos, los vivaces colores de su vestimenta y sus costumbres están siendo plasmadas en diferentes puestas en escena que se desarrollan a escalas local e internacional.
Uno de los grupos de danza que expone las costumbres de la nacionalidad Tsáchila es el ballet folclórico Pacha Samy.
La agrupación de esta escuela cuenta con una presentación denominada Sosamo Tsáchila, en la cual participan 25 integrantes y ocho músicos. Dicha obra representa la vida de la etnia, refleja su historia, sus ritos y sus ceremonias familiares con una danza tradicional.
En la obra se observa una especie de cortejo entre los danzantes, quienes ataviados con vestimenta típica de la nacionalidad recrean la ceremonia de la unión de una pareja.
Varias bailarinas vestidas con su típico tunán (falda) y con el rostro pintado con tinturas naturales se balancean al ritmo de la música y los cánticos que hablan de la naturaleza y su poder. Mientras que los danzantes que personifican a los líderes de la comuna las acompañan con un paso sutil.
Danza Falcon se destaca por un manejo de prendas tradicionales tsáchilas. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO
Para el bailarín Daniel Chango, el poder transmitir los saberes ancestrales de la etnia “es importante, ya que las personas que observan el espectáculo pueden recordar de dónde vienen y sentirse orgullosos de la cultura diversa del Ecuador”.
Según Ángel Jumbo, director de la institución, “cada movimiento que realizan los bailarines busca exponer la riqueza de la nacionalidad y la belleza de sus costumbres”.
Las obras inspiradas en la nacionalidad también tienen el propósito de dar a conocer el legado de esta tribu a nivel internacional.
“Hay muchas personas que no conocen acerca de esta etnia y qué mejor forma de apreciarla que a través del arte”, sostiene Patricio Falconí, propietario del Centro de Arte Falcons, escuela que ha participado en varias competencias de danza folcórica en el exterior.
Público de la mayoría de países de Latinoamérica, de varios países de Europa y algunas ciudades de Estados Unidos se han deleitado con la presentación de bailes tsáchilas del grupo Pacha Samy y de Falcons. “La gente de otros lugares del mundo ve en la mitología, en los cuentos, leyendas y rituales una riqueza única que no es común en sus países de origen”, añade el director.
A pesar de que las puestas en escena tienen como base los pasos de baile típicos, varias presentaciones han fusionado diferentes estilos de danza y acrobacias.
Eva Garcés, especialista en el tema, asegura que algunas de las obras combinan acrobacias, rituales, modelaje, estética, etc. “Las coreografías se basan en las historias tradicionales, pero luego se las trabaja marcando las técnicas coreográficas como estilo, forma, espacio y color”, finaliza.