En Aguas Verdes, población de la frontera norte de Perú, se comercializa ropa. Los ecuatorianos son grandes compradores. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Un bosque de maniquíes flanquea la avenida principal de Aguas Verdes, un poblado peruano de 16 000 habitantes que limita con Huaquillas, en la provincia de El Oro.
De los muñecos vestidos con prendas de moda cuelgan las gangas con las que los locales de ropa intentan enganchar a sus compradores predilectos, los ecuatorianos.
Es la mañana del 24 de septiembre y en el negocio La Número Uno, las prendas se apilan sobre mesas y estantes separados por corredores estrechos. La ropa de mujer es la especialidad de este local, ubicado a menos de 200 metros del puente internacional de Huaquillas. Llamativos letreros anuncian la oferta del día: tres blusas de licra por USD 10.
Los precios están en dólares porque los vendedores han aprendido que al ecuatoriano no le gusta pagar en soles. Lo ha comprobado Renzo Pardo, administrador de La Número Uno. Este sitio es parte de una cadena de tiendas de ropa que trae el producto desde Lima.
El dólar se cotiza actualmente a 2,88 nuevos soles. “Aquí todo se negocia en dólares. Hasta les recomendamos a los ecuatorianos que no cambien los dólares, porque pueden ser estafados con billetes falsos”.
Pardo estima que el 50% de sus clientes es ecuatoriano. La visita de los compradores nacionales le deja a este negocio ganancias por USD 8 000 los fines de semana.
El Servicio Nacional de Aduanas de Ecuador (Senae), del Distrito de Huaquillas, identifica a los textiles como el principal rubro de contrabando que ingresa al país. Según datos de la Aduana del Ecuador, el 40% de las aprehensiones son de prendas de vestir.
Perú tiene una serie de ventajas arancelarias, en parte, por acuerdos comerciales con países como EE.UU. y bloques como la Unión Europea (UE).
Según el Ministerio de Comercio Exterior del Perú, el país mantiene 17 acuerdos de libre comercio directos y otros 10 con bloques económicos.
Pablo Aranguri, presidente de la Cámara de Comercio de Aguas Verdes, explicó que mucha de la ropa que se comercializa en su ciudad proviene de China, con la que Perú tiene un acuerdo de libre comercio. “Por eso acá los precios son competitivos. Lo que sucede es que Aguas Verdes es una vitrina de los fabricantes y los exportadores de Lima y otras regiones”.
Teresa C. llegó desde Guayaquil para adquirir ropa de mujer. Cuenta que cruza la frontera cada 15 días, para comprar las prendas por docenas para luego venderlas en sus dos locales que tienen en la Bahía de Guayaquil. “Tengo unos conocidos que me ayudan a pasar hasta Arenillas”. Aún así, la comerciante dice que no se considera contrabandista. “Hacer todo el papeleo para ingresar la mercadería lleva mucho tiempo”.
La Aduana reconoce la dificultad para desarticular las bandas que manejan el contrabando de ropa. Agentes de Inteligencia de la Aduana han detectado que los contrabandistas pasan pequeñas cantidades de ropa que acopian en bodegas clandestinas.
Frutas sin control sanitario
Además de los textiles, las frutas son de los productos que más ingresan a Ecuador desde Perú como contrabando.
El limón, de la variedad sutil, un cultivo muy extendido en la frontera sur, pasa a diario desde trochas o puentes clandestinos ubicados a lo largo de la línea de frontera. La tarde del 24 de septiembre, tres jornaleros peruanos descargaban presurosos sacos con limones a un costado del canal de Zarumilla, en un sector conocido como La Palma. Es uno de los pasos fronterizos que la Senae denomina como “no habilitados”.
Julio Arique tiene un terreno cultivado con limones en el lado peruano del canal de Zarumilla. Dice que por allí se envían hasta 200 sacos diarios de los cítricos.
Cada uno contiene 100 unidades, que los compradores ecuatorianos adquieren en menos de USD 10, cuando hay sobreoferta. “Es cuestión de oferta y demanda. Ahora recién está empezando la cosecha aquí, por eso el saco está a buen precio, a USD 25”, aseguró el agricultor.
La Unidad de Vigilancia Aduanera de Huaquillas ha desmontado varias veces el paso no habilitado de La Palma, pero los agricultores de la zona lo vuelven a levantar con tablones colocados directamente sobre el canal revestido de concreto. Un camino de 500 metros de largo lo comunican con el centro de la parroquia Chacras, a menos de 5 kilómetros del puesto de control aduanero del mismo nombre.
El ingreso de productos agrícolas al país requiere de un permiso otorgado por Agrocalidad y de un comprobante de origen. La intención es evitar que puedan estar infestados de plagas que se propaguen entre los cultivos del país.
Entre enero y abril de este año se realizaron decomisos de frutas y productos comestibles por un valor de USD 663 174, según estadísticas del Senae.
Carlos Veintimilla, director del Distrito Aduanero de Huaquillas, señaló que en el caso del mango, otra fruta que se cultiva en la frontera, se han realizado aprehensiones grandes, por ser susceptible a plagas. “Por esa razón su ingreso al país está restringido, y no se entregan permisos de importación”.
En contexto
El bajo costo de la manufactura y la importación de materia prima de otros países hacen que la ropa que se comercializa en Perú resulte atractiva para el comprador ecuatoriano. Las prendas que se venden en la zona fronteriza del norte peruano también son extranjeras.