El 17 de julio del 2014, el Gobierno del Ecuador cerró en Bruselas, con la Unión Europea, el instrumento del Acuerdo Comercial Multipartes.
La UE está integrada por 27 países, cuyo PIB asciende a USD 15,6 billones, con un mercado de 507 millones de habitantes, que tienen un ingreso per cápita de USD 35 000.
Para los críticos de los Tratados de Libre Comercio, que sintieron que la llegada al poder del presidente Correa, como resultado de las elecciones del 2006, les aseguraba que tales instrumentos no los suscribiría el Ecuador con país alguno, ni con la UE, es un acto de traición.
De los USD 24 958 millones registrados por exportaciones en el 2013, USD 14 108 millones provinieron del crudo y derivados, según cifras publicadas.
Las exportaciones no petroleras, en el 2013, crecieron USD 10 850 millones, pero no lograron superar a las importaciones no petroleras, que solo llegaron a USD 19 961 millones, por lo que la balanza comercial no petrolera –exportaciones de bienes menos importaciones de bienes no petroleros- significó un déficit en el 2013 de USD 9 112 millones. Entre enero del 2014 y abril de este año, según últimas cifras que conozco, el déficit de la balanza comercial no petrolera ya registra USD 2 073 millones.
Aunque Estados Unidos es el principal socio comercial por el peso de la exportación petrolera, la UE es el principal destino de las exportaciones no petroleras del Ecuador: recibe alrededor del 30% de estas, que representan más de USD 2 700 millones anuales, a cifras hasta del 2013. En los primeros cinco meses del 2014, las exportaciones hacia la UE habrían estado en el orden de USD 1 290 millones.
El 85% de las exportaciones ecuatorianas, excepto el banano, entra hoy a la UE con el beneficio del SGP Plus, un sistema de preferencias arancelarias que otorga la UE a países en vías de desarrollo y que fenecerá el próximo 31 de diciembre, pero que se habría negociado que siga vigente hasta el 2015, en espera que se ratifique el acuerdo, lo que tiene su propio trámite en la Comisión y el Consejo Europeo, para su aprobación final en su Parlamento.
En el Ecuador, la Asamblea Nacional debe ratificar el instrumento.
La negociación es pragmática. Verdad que se diferencia y en mucho del discurso del no a TLC reiterado por sus opositores y por Correa antes de ser gobierno.
De lo que está publicado, si hay diferencias de plazos y matices con lo negociado por otros países de la región, pero no de la esencia de libre comercio y flujo de negocios que le interesa a la UE, para la que el nombre es lo de menos.
Tarea inmediata deberá ser el evidenciar en qué se diferencia el acuerdo que se ha llegado con la UE de los TLC de la misma UE con Colombia y Perú y otros países de la región, aun cuando esto implique aceptar rectificaciones en política
León Roldós Aguilera / lroldos@elcomercio.org