Miembros de la Policía custodian la calle hoy, martes 8 de julio de 2014, durante una manifestación contra el Mundial de fútbol Brasil 2014. Foto: EFE
Al menos una persona murió, en un enfrentamiento con la policía, en medio de los desmanes que desataron la abrumadora goleada del seleccionado de Alemania por 7-1 sobre el de Brasil, en una de las semifinales del Mundial.
La muerte se produjo anoche durante un tiroteo entre la Policía Militar y dos personas que incendiaron un autobús, informaron hoy las autoridades locales.
En varias ciudades brasileñas se registraron diversos hechos de vandalismo, como en Río, Recife y Sao Paulo, con asaltos, peleas e incendio de autobuses, tras la humillante goleada.
En Belo Horizonte, donde se disputó la semifinal, el bohemio barrio de Savassi, el más visitado por los turistas con un promedio de 25 000 personas en sus bares y calles, fue escenario de varias peleas callejeras y la policía detuvo a doce persona, muchas de ellas alcoholizadas.
A su vez, en Sao Paulo, hubo desmanes y varias personas que intentaron destruir parte del patrimonio público debieron ser reprimidas por la policía.
En distintos puntos de esa populosa ciudad, se desataron hechos de violencia como la quema deliberada de una docena de autobuses estacionados, en la zona sur, cerca de la represa de Guarapiranga.
En la avenida Yervant Kissajikian, en la región sureste de la capital paulista, un autobús fue quemado, mientras que en el barrio Jardim Presidente Dutra, en la región metropolitana, otro más fue atacado con fuego.
Vista de un autobús quemado por hinchas inconformes por el resultado del partido entre Brasil y Alemania en el Mundial Brasil 2014. Foto: EFE
Reuniones públicas en Salvador, capital del nororiental estado de Bahía y una de las doce sedes del Mundial, en la FanFest de la FIFA, terminaron con desmanes e intervenciones polciales.
En la playa de Copacabana, uno de los lugares de más público durante el Mundial en Río de Janeiro, tres personas fueron arrestadas por causar una confusión que asustó a gran parte de las personas que salieron corriendo sin saber lo que pasaba y pensando que se trataba de un asalto colectivo.
En Recife, capital de Pernambuco (nordeste) y otra de las sedes mundialistas, la Policía Montada tuvo que interrumpir la FanFest y usar gases lacrimógenos para dispersar una pelea entre aficionados.