Con camisetas blancas y pancartas se plantaron en la Plaza Grande, en el centro de Quito. Los familiares de las 351 personas privadas de la libertad (ppl) que fueron trasladadas el 21 de febrero pasado al Centro Regional de Rehabilitación Social de Cotopaxi desde el expenal García Moreno expresaron así su preocupación.
Poco antes del cambio de guardia presidencial, unos 30 allegados de los detenidos denunciaron que pese a las protestas continuas que realizan, la situación de sus familiares no ha mejorado. Ellos indicaron que aún no cuentan con el suministro necesario de agua y que permanecen 22 horas al día encerrados sin actividades deportivas o de rehabilitación.
“Estaba flaco (el domingo pasado, durante las visitas), porque la comida es escasa. Me dice que pasa en la celda porque no están habilitados los talleres”, dijo una familiar.
El Ministerio de Justicia, en su página web, informó que el pasado viernes las ppl recibieron una función del teatro de títeres venezolano Gira Luna. “Gustavo Peñafiel, director nacional de Rehabilitación Social, afirmó que el arte es un elemento fundamental para la rehabilitación. Se trabaja en la planificación de actividades diarias, en las que se incluirán temas culturales, educativos y laborales”, indicó el boletín.
El Ministerio de Justicia convocó ayer a una reunión con los representantes de los privados de libertad. María Folledo, vocera, aseguró que las autoridades de Rehabilitación Social se comprometieron a solucionar los problemas de los servicios. Sin embargo, señaló que esas mismas promesas se han realizado ya en reuniones anteriores y que aún no se concretan.
La Defensoría del Pueblo anunció que presentará un informe sobre la situación en la que viven las ppl en el centro de Cotopaxi. El viernes pasado, ocho funcionarios de este ente recorrieron las instalaciones del complejo.