He aquí una buena noticia: la reserva monetaria, la verdadera reserva monetaria internacional del Ecuador, ha crecido. Y, en gran parte, ese crecimiento de la reserva (que está respaldando nuestro dinero) es un mérito del sector privado.
La reserva monetaria internacional es aquello que respalda el dinero emitido en un país y por eso la tiene la misma institución que emite ese dinero, es decir el Banco Central. Así, cuando usted va a un banco y le dan billetes de su país, aquello que garantiza que esos billetes tengan valor (y, parcialmente, que sean escasos) es la existencia de un respaldo en divisas, conocido como reserva monetaria. Pero en los países que no tenemos moneda propia, la verdadera RMI está en otro sitio.
En un país como el nuestro, aquello que garantiza que le entreguen dólares de los Estados Unidos (y no papelitos sin valor) cuando usted vaya al banco a retirar su dinero son dos cosas. La primera son los billetes dólares que tiene el banco en sus bóvedas y la segunda son los depósitos en dólares que su banco tiene en el extranjero.
Por lo tanto, la RMI de un país dolarizado es la suma de los billetes que tienen los bancos y los depósitos que esos tienen en el extranjero. Por cierto, dentro de “los bancos” está incluido el Banco Central porque también ahí está depositado parte del dinero de los ecuatorianos. Cabe aclarar que en nuestro país, esa era, aproximadamente, la forma de medir las reservas antes de 1927, año de fundación del Banco Central del Ecuador.
Y esa suma (billetes más depósitos afuera) ha venido creciendo consistentemente en los últimos años y, si bien hoy está por debajo de su récord de 2008, está mucho más alto que cualquier otro año. A inicios de 2003, la suma de billetes en los bancos y sus depósitos en el exterior eran menos de USD 2 000 millones, mientras que ahora son algo más de 7 600 millones. Si bien son menos de lo que fueron el año pasado, es clarísima la evolución positiva de aquello que respalda lo que los ecuatorianos hemos depositado en los bancos.
Vale aclarar que de este monto total algo más de las dos terceras partes son reservas de bancos privados y algo menos de un tercio del Banco Central. Y las reservas privadas han sido más estables que las públicas. En resumen, una buena noticia.
El único problema es que en el Gobierno están desesperados por lograr que los bancos privados reduzcan sus depósitos afuera y que pongan ese dinero a instituciones públicas.
Esa medida puede reactivar en algo la economía (aunque mucho se irá a más importaciones), puede mejorar la liquidez del sector público, pero indiscutiblemente reducirá el respaldo que tiene el dinero que los ecuatorianos hemos depositado en el sistema financiero. En resumen, una mala noticia.