Redacción Ambato
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Héctor Coque llora en silencio. Mira al piso, sentado cerca de los féretros de sus ocho familiares, en el velatorio en la casa comunal de Monjas, en la parroquia Buenaventura, en Latacunga.
Un teléfono para ayuda
“Yo vivía con mis padres. Ellos salieron a El Quinche a las 04:00, no viajé porque mi mamá me dejó al cuidado de los animales. El viaje lo organizaron a las 21:00 del viernes. Planearon ir a El Quinche y retornar en la tarde. Pero ya no están, se fueron”, dice Oswaldo Coque, quien perdió a sus padres y a tres hermanos .
Héctor Coque, su hermano, reclama que los dirigentes de la Cooperativa de Transporte Bolivariana no han brindado ayuda a la familia. Si desea hacer una contribución a los deudos, puede llamar al teléfono 095846459, perteneciente a Pablo Martínez.
La noche del sábado ellos fallecieron cuando la camioneta en la que se transportaban de Quito a Latacunga se estrelló con el bus número 8 de la Cooperativa de Transporte Bolivariana, en el ingreso a Machachi.
Coque, de 45 años, perdió a sus padres Darío Coque, de 75 años, y Rosario Pilamonta, de 78, y a sus hermanos Olga, Wilson y Rosa, Además, a Patricio Pilatásig y Rosa Chugchilán, sus cuñados.
La familia es de escasos recursos y vivía en el área rural. Para comprar los féretros se hizo una colecta. “Gracias a vecinos y familiares vamos a enterrarles como se merecen”, relata Coque.
Su hermana Olga estaba embarazada y este fin de mes tenía previsto dar a luz. El bebé fue la octava víctima. “Todo estaba preparado para su nacimiento”, susurra el hombre. “Ahora sabemos que era un varoncito. Ahí está su cuerpo, en el féretro blanco, no pudo venir a este mundo”.
Solo las dos hijas de Pilatásig sobrevivieron a la tragedia y fueron llevadas al hospital Baca Ortiz. “Están huérfanas, su madre también murió. No sé qué les vamos a decir cuando se recuperen”.
Su abuela, Clemencia Moreano, de 70 años, llora y recuerda que la familia emprendió un viaje al santuario de El Quinche, en Quito. “Se fueron el sábado en la madrugada para volver el mismo día, mi hijo se despidió con la bendición y ahora está en esa caja de metal”, dice y solloza. Él conducía la camioneta Chevrolet.
Coque cuenta que no sabía del viaje. El sábado, cerca de las 19:00, recibió una llamada telefónica. Era su hermano, Germánico Coque, agente de Policía; estaba deshecho y le narró lo que había ocurrido. Entonces, se desplazó hasta Machachi. “Pasamos por el sitio del accidente pero sólo hallamos escombros del vehículo. Nos contaron que los cuerpos estaban destrozados. Para rescatarlos, los policías cortaron las latas. Es espantoso todo esto”.
A un costado de la casa comunal de Monjas se armó una carpa para recibir a los familiares de los fallecidos. Juana Chamba era una de ellas: “Es una tragedia, se fue gran parte de la familia”. El cortejo hasta el cementerio de la parroquia Buenaventura está previsto para las 12:00 de hoy.