Redacción Mundo
La revolución digital está acabando con lo poco que queda de analógico. En la lista de productos que el avance tecnológico obliga a dar de baja, se incluye Kodachrome, uno de los íconos del siglo XX.
El grupo de fotografía estadounidense Eastman Kodak anunció que dejará de comercializar Kodachrome, debido a la baja en las ventas de esta película, según informa la agencia AFP.
Es posible que las nuevas generaciones no hayan oído este nombre, pero para los fotógrafos del siglo pasado era un ícono.
Kodachrome era una película reversible a color. Es decir, no sacaba negativos de los cuales se imprimían fotos en papel. La película reversible (‘slide’ en inglés, diapositiva en español) se ve directamente en la película revelada. Sirve para proyectarse, también en cine o para hacer fotografías de máxima calidad.
Kodachrome dio al mundo las primeras fotografías a color asequibles a todo el público. Desde su lanzamiento al mercado, en 1935, se produjo en varios formatos para cine y para fotografía fija, especialmente en 35mm.
Durante muchos años fue el rollo de fotos a color de los profesionales, especialmente para las imágenes que se publicaban en las mejores revistas del mundo.
Por ejemplo, el afamado fotógrafo Steve McCurry usó Kodachrome para captar el retrato de Sharbat Gula, la niña afgana de ojos verdes y tristes, que apareció en 1984 en la tapa de la revista National Geographic.
Kodachrome era muy apreciado entre los fotógrafos científicos y los que trabajaban en archivos y museos. Esto se debía a su exactitud al reproducir colores y al hecho de que estos no se diluían con los años.
Las películas reversibles Ektachrome (de la misma Kodak estadounidense), Fujichrome (japonesa) y Agfachrome (alemana) requerían un revelado difícil pero asequible a los aficionados.
La Kodachrome era la mejor de todas, pero su revelado era delicado, complejo, caro e inaccesible para los aficionados. Por eso, el precio que se pagaba por un rollo de esta película incluía su revelado. Ahora todo eso pasó a la historia.