México, AFP
Los mexicanos acuden el domingo a las urnas para renovar los 500 escaños de la Cámara de Diputados y cargos ejecutivos locales en medio de la violencia del crimen organizado y la peor crisis económica desde 1995.
Unos 77 millones de ciudadanos están habilitados para votar en los comicios legislativos de mitad de mandato del conservador Felipe Calderón, aunque se estima que serán menos de la mitad, unos 30 millones, los que acudirán a las urnas el domingo.
El alto abstencionismo previsto refleja el escepticismo hacia la clase política y las dificultades para convencer a un electorado más preocupado por la inseguridad y la pobreza, que alcanza a 47% de los 103 millones de habitantes, y por la recesión que augura una caída económica de 5,5% en 2009.
En tanto, la violencia del narcotráfico, que dejó unos 10.000 muertos desde el inicio del mandato de Calderón en diciembre de 2006, constituye un azote en varias regiones del país, sobre todo en el norte, frontera con Estados Unidos; y en el oeste, pese a los 36.000 militares desplegados por el gobierno en las zonas más calientes del país.
A tres días de los comicios, un nuevo pico violento se produjo el jueves en varios estados con 16 asesinados, cuatro de ellos decapitados.
Las regiones menos castigadas por los cárteles, como la superpoblada capital mexicana, afrontan sin embargo la inseguridad de los secuestros, que llevó al líder de una organización civil, un empresario cuyo hijo fue secuestrado y asesinado, a exigir a los candidatos suscribir ante notario público su compromiso contra la violencia.
En ese panorama, el ex hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI) emerge como el posible ganador de la contienda electoral, según las encuestas, pese a la debacle que sufrió en 2000, que cortó 71 años ininterrumpidos en el poder.
El PRI, actualmente la tercera fuerza legislativa, volvió a caer al precipicio en las generales de 2006, pero mantuvo una fuerte influencia territorial basada en el clientelismo que tiene peso sobre todo en los estados más pobres.
El gobernante Partido Acción Nacional (PAN, derecha) , amenazado con perder la mayoría relativa en la Cámara de Diputados, exhibió la estrategia de seguridad del gobierno como principal estandarte de su campaña, aunque está en dificultades para dar respuestas a la recesión, la peor desde la llamada crisis ‘efecto Tequila’ de 1995.
En tanto, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática, sumergido en una feroz disputa interna, puede pasar de segunda a tercera fuerza, después de haber arañado la presidencia en 2006 con una diferencia de apenas 0,56% de los votos ante Calderón.
Los candidatos a diputado -de escaso relieve público- pasaron la mitad de la campaña intentado convencer a los ciudadanos de acudir el domingo a las urnas y además no anular el voto, preocupados por un creciente movimiento contra los partidos que incluso derivó en una asamblea pública.
A tal punto llega el temor por el abstencionismo que una conocida cadena de minitiendas ofrece un café gratis a quienes el domingo se acerquen a una de sus 6.700 sucursales en todo el país y muestren su pulgar derecho manchado con tinta indeleble como muestra de que han votado.
El domingo se renovarán en México los 500 escaños de la Cámara de Diputados y se elegirá a seis gobernadores estatales y a 568 alcaldes, mientras algunos distritos también votarán por legisladores locales.