Washington, DPA
Estados Unidos y Cuba reanudaron hoy en Nueva York las conversaciones sobre temas migratorios interrumpidas hace seis años, confirmó a la agencia dpa la Sección de Intereses de la isla en Washington, según la cual La Habana está dispuesta a que los encuentros sean periódicos bajo condiciones.
“Si se retoma el mismo espíritu de las conversaciones anteriores (a 2003, cuando el entonces presidente George W. Bush las interrumpió), se mantendrían activas”, dijo a dpa el representante de prensa cubano en Washington, Alberto González, según el cual la cita ya ha comenzado en un lugar no especificado aún de Nueva York.
González no quiso adelantar “posiciones” de La Habana antes de la conclusión de este primer encuentro, si bien señaló que lo más probable es que ambas delegaciones se concentren este día en “sentar posiciones” y, eventualmente, “determinar la secuencia” de futuras reuniones. “Es como un reencuentro, un reinicio después de un período bastante turbulento” durante la era Bush, indicó González, quien confirmó que la delegación cubana está encabezada por el vicecanciller Dagoberto Rodríguez.
El Departamento de Estado norteamericano había anunciado hoy a primera hora la reanudación de las conversaciones migratorias centradas en “cómo promover mejor una migración segura, legal y ordenada entre Cuba y Estados Unidos”, dijo en un comunicado oficial.
De acuerdo con la información, la representación estadounidense está liderada por el secretario de Estado adjunto para América Latina, Craig Kelly. Forman asimismo parte de la delegación norteamericana “representantes de las agencias involucradas en temas migratorios”, agrega el comunicado.
De este modo se reanudarán las conversaciones migratorias que comenzaron en 1994, tras la masiva oleada de cubanos que llegaron a las costas de Florida en pleno “periodo especial”, la grave crisis económica que atravesó Cuba tras el derrumbe del bloque soviético, y que fueron interrumpidas en 2003 por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush.
El reinicio de las conversaciones está ampliamente considerado una muestra más de los esfuerzos de la nueva administración norteamericana de Barack Obama por iniciar un nuevo, aunque cauto, acercamiento hacia Cuba. En abril, Obama anunció el fin de las restricciones a viajes y envío de remesas a la isla para ciudadanos cubano-americanos, apenas unos días antes de que viajara a Trinidad y Tobago para participar en la Cumbre de las Américas, donde escuchó pedidos concretos de sus pares latinoamericanos para que Estados Unidos levante el embargo de casi medio siglo a la Mayor de las Antillas.
Si bien no se comprometió a ello, ante los aplausos de los demás mandatarios Obama aseguró en Puerto España que Estados Unidos busca un “nuevo comienzo” con Cuba para mover las relaciones bilaterales en una “nueva dirección”, y dijo estar “preparado” para discutir con La Habana “un amplio abanico de temas”, si bien desde entonces su administración ha reclamado a la par gestos aperturistas de la isla.
A finales de mayo, Washington anunció la reanudación de las conversaciones migratorias, mediante un acuerdo que también prevé reactivar el intercambio postal entre ambos países, suspendido hace décadas. Y un mes más tarde, tras intensas negociaciones Estados Unidos finalmente aceptó una resolución por la que se eliminó la suspensión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), impuesta 47 años antes a causa de su adhesión al “marxismo-leninismo”.
Una política que ha sido muy criticada por sectores conservadores en Estados Unidos, especialmente por legisladores de origen cubano- estadounidense como la congresista Ileana Ros-Lehtinen.
“Es realmente una pena que una vez más el gobierno de Estados Unidos premie al régimen de Cuba con una apertura a pesar de las atrocidades que se cometen contra el pueblo cubano y la política para socavar los intereses y prioridades de Estados Unidos”, dijo hoy la legisladora al conocer el reinicio de las conversaciones migratorias, según un comunicado emitido por su oficina en Washington.
Entretanto, el senador republicano Mel Martínez pidió a la Casa Blanca que “obligue a compromisos firmes” en materia migratoria a La Habana, señala “El Nuevo Herald”.