Marco Arauz
Ortega
Subdirector
Quienes pensaban que la creación de la Secretaría de Comunicación traería buenas noticias para la libertad de expresión deben guardarse su entusiasmo. Fernando Alvarado, hermano del Secretario de la Administración y asesor de comunicación del presidente Correa, abrió esperanzas al decir que el acceso a la información transparente, directa, oportuna y masiva es una obligación que se debe cumplir a tiempo y con todas las herramientas.
Si bien la afirmación podía dar a entender que la función central de la dependencia sería la organización de la información gubernamental para facilitar el trabajo de los medios, sus ataques dejan claro que su agenda se basará en los prejuicios que a fuerza de repetirse se volvieron doctrina.
En esa visión, la mayor parte de los medios es enemiga de la revolución ciudadana y defiende intereses políticos y económicos de los grupos de poder, sin tomar en cuenta al ciudadano común. En consecuencia, los medios, como expresión de una ideología, son parte de los obstáculos que vencer, junto con los representantes de la ‘partidocracia’ y de los grupos económicos.
En esa visión, los medios son como la maleza, y por eso hay que cortarlos permanentemente para que no crezcan. De eso depende, según los teóricos de la tendencia, la supervivencia del modelo político. En otras palabras, se teme a los medios y no se entiende su papel en una sociedad democrática, y frente a la duda siempre es mejor atenerse a lo que dicen los manuales.
De modo que, pese a que el discurso se había moderado en estas semanas, hay razones para pensar que el funcionario está listo para interpretar su papel de cruzado y enfrentar a la ‘prensa corrupta’. Empieza un segundo capítulo que incluye agencias oficiales de noticias, consejos políticos, sistemas, veedurías y leyes.