Redacción Cultura
Javier Marías, uno de los novelistas españoles más célebres de estos tiempos, es el autor de ‘Corazón tan blanco’.
Esta novela, calificada por la crítica de su país como intensa y vital, corresponde al nro. 10 de la colección Grandes maestros de la narrativa iberoamericana, un esfuerzo conjunto de Grupo EL COMERCIO y Alfaguara para entregar a los lectores, los días viernes, novelas de calidad a bajo costo (USD 3,50 por ejemplar).
La ficción de Marías no da tregua desde el comienzo. Basta mirar su misterioso y contundente arranque: “No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados… ”.
‘Corazón tan blanco’ es una novela hipnótica sobre el secreto y su conveniencia, sobre el matrimonio, el asesinato y la instigación. También recrea los tormentos de la sospecha: sobre los corazones tan blancos que poco a poco se van tiñendo y acaban por convertirse en lo que nunca quisiera ser.
La vida efímera, el paso del tiempo hasta convertir a los humanos en figuras borrosas, similares a las que se quedaron atrapadas en una foto sepia, son otras obsesiones de Marías. Acaso la palabra difuminarse ronda como un inquieto duende en su vasta obra literaria. ¿Difuminarse? Sí, cuando alguien se ausenta por muerte o por viaje, la implacable máquina de la difuminación empieza a actuar. ¿Qué es lo que queda?
Talvez un nombre evocado de vez en cuando con melancolía, con un dejo de alegría, con desazón. Solo un nombre y los años reducidos a cenizas. Pero un atisbo de esperanza da Marías: lo único que queda son los afectos por el otro, por la vida.