Liba sabe que a un niño con discapacidad intelectual leve le toma alrededor de tres o cuatro años aprender a leer y escribir. No le inquieta el largo tiempo sino que ese aprendizaje es vital para ellos porque “si no saben leer y escribir es como vivir en tinieblas”, dice enfática y decidida.
TeNGA EN CUeNTA
El Primer Concurso Nacional de proyectos Innovadores del Aula fue organizado por la empresa Microsoft y la Fundación Chasquinet.Ella, que es maestra hace 21 años y que es parte del proyecto piloto de integración de educación especial en la Escuela Manuela Cañizares, de Cotacachi, sabe lo importante que es el esfuerzo de las profesoras para las niñas y niños con capacidades especiales. Por eso, trabaja en el aula de apoyo psicopedagógico, donde desarrolló una estrategia que mereció el segundo premio en el Concurso Nacional de Proyectos Innovadores en el aula.
Durante cinco meses Liba usó un software de aprendizaje del alfabeto, diseñado para niños de 4 a 5 años, con los estudiantes con discapacidad intelectual leve. Ella dice que lo importante es buscar herramientas para generar un aprendizaje significativo, pues: “la Inclusión educativa no solo significa abrirles las puertas del salón de clase sino preocuparse de que aprenden”, cuenta satisfecha de los resultados.
El más sobresaliente, para ella, es el de una niña que después de haber cursado seis años de educación básica, sin ningún apoyo extra de terapia, apenas conocía vocales y algunas letras pero no entendía el significado de las palabras. Jugando con las actividades interactivas del software Abrapalabra aprendió a leer y escribir, a su ritmo por supuesto, pero respetando las normas básicas.
“Un maestro debe compartir sus experiencias para mejorar su trabajo”,
Libia Ipiales, 2do premio de Proyectos Innovadores en el Aula.Liba le contará esta experiencia a maestros del continente en el Foro Latinoamericano de Docentes Innovadores, organizado por Microsoft, en Argentina. Junto a ella estará Lissette Bravo, quien obtuvo el primer lugar con el proyecto Alfa Virtual. Ella es profesora de Programación en la especialidad Informática de la Unidad Educativa Colón.
Sus estudiantes de segundo de bachillerato debían participar en las campañas de alfabetización y no contaban con ningún material, así que ella los guió y motivó para diseñar un programa interactivo para el aprendizaje del alfabeto, los números y las operaciones básicas. Además de estar feliz por representar al país”, está entusiasta por mostrar que se puede contribuir con la comunidad, a través de un proyecto desarrollado por estudiantes emprendedores. Como ellas 7 000 maestros enviaron sus proyectos al ver la convocatoria abierta que hizo la Fundación
Chasquinet, para maestros que incorporaran la tecnología en sus aulas. Pedro Liut, director administrativo de Chasquinet explica que les tomó seis meses de trabajo en conjunto con la comunidad educativa para seleccionar 200 finalistas, de los cuales se premió a 10 proyectos, que se pueden conocer en la web www.comunidadeducativa.net.
“Se buscó proyectos en los cuales se aplicara las tecnologías de comunicación o información, es decir, todo aparato tecnológico del que se dota a las escuelas a través de diferentes programas sociales, pero que sin embargo, el maestro no lo incorpora en el aprendizaje diario de sus alumnos”, explica Liut.
Por la gran cantidad de educadores interesados los organizadores aseguran que invertirán sus esfuerzos para preparar un segundo concurso. Al respecto, la gerenta de Microsoft en Ecuador, Guadalupe Durán, dice que lo importante de estos proyectos es el generar un proceso que impulsa a los maestros a innovar, aunque no lleguen a obtener un premio. (ARP)