Los espacios disponibles para construcciones grandes son pocos. Foto: El Comercio
En la parte consolidada de la ciudad ya son menos los espacios disponibles para ejecutar proyectos habitacionales considerados de envergadura. Igual ocurre con proyectos comerciales grandes. En el caso del nororiente, hay sitios cuyos costos se han ido incrementando por esta realidad.
El nororiente de la ciudad es una zona apetecida para quienes desarrollan proyectos inmobiliarios. Este sector tiene dos particularidades: la disponibilidad de terrenos y la preferencia por construir edificios.
Actualmente, la búsqueda de espacios disponibles para viviendas y demás edificaciones se ha convertido en una tarea compleja para los constructores y los compradores en buena parte del Distrito.
Los espacios disponibles para construcciones grandes son pocos, lo que tiene relación con los costos altos de los metros cuadrados de terreno y de construcción. Esto lo dijo Mónica Heller, presidenta de la Inmobiliaria M Heller Group.
Esto, por ejemplo, se evidencia en la zona comprendida entre la parte baja de la González Suárez y Bellavista de Carretas, a la altura del intercambiador de Carcelén.
Si bien es cierto, en esta franja del nororiente de la ciudad hay una presencia consolidada de construcciones, aún hay espacios disponibles.
En la Administración Zonal Eugenio Espejo se han dado permisos para levantar nuevas edificaciones en los últimos años. Según cifras de esta dependencia, en el período comprendido entre julio del 2009 hasta abril 2014, se aprobaron 515 planos de construcción. Se dieron 255 licencias para edificar inmuebles: edificios y conjuntos habitacionales, principalmente.
En su mayoría, las edificaciones son de más de 10 pisos. Están destinadas para departamentos, negocios y oficinas.
Mónica Heller explicó que este tipo de construcción es más factible en lugares en los que no hay gran cantidad de terreno libre. Los constructores han optado por comprar los terrenos que sobran. Estos son costosos. Hoy en día, el metro cuadrado de terreno en sectores cercanos a la avenida González Suárez oscila entre USD 1 500 y 2 000.
El nororiente de la ciudad es una zona apetecida para quienes desarrollan proyectos inmobiliarios. Foto: Alfredo Lagra/ El Comercio
Los mismos precios se registran en sitios como Bellavista. En la calle Bosmediano hay cuatro proyectos habitacionales. Son edificios que tienen entre 12 y 15 pisos. Estos son comercializados para vivienda. El precio de un departamento pequeño está en USD 86 000.
Karina Miñaca, de la inmobiliaria EKS, aseguró que la ciudad está llenándose de grandes construcciones. EKS tiene cuatro proyectos inmobiliarios: dos en esta zona y dos en Quito Tenis. Están previstos que finalicen en el 2016. “Es un sitio con alta plusvalía y hay personas que tienen las posibilidades”.
Los moradores también sienten el impacto de las grandes construcciones en la ciudad. Luis Cadena, morador de Bellavista, señaló que es incómodo para los habitantes ver tantos edificios. Este hombre recuerda que hace 10 años esta zona no estaba tan saturada de construcciones. “Ahora no se puede divisar la ciudad”.
Para Heller, la dinámica de la ciudad cambió. La parte norte de Quito se convirtió en una zona cosmopolita, que abre las puertas a las personas que tienen posibilidades de asumir los costos de los departamentos. “Ahora hay una serie de créditos que facilitan el acceso a las viviendas”.
Más al norte de la ciudad, en San Isidro del Inca, hay construcciones en ejecución. Conjuntos habitacionales y edificios son parte del entorno.
Bellavista de Carretas, ubicado en la parte final de la avenida Eloy Alfaro, es uno de los últimos remanentes de terrenos para construir.
Xavier Tirado, especialista en venta de casas, explicó que la zona nororiental sigue siendo un lugar exclusivo para los clientes por los altos precios.
Para él, hay lugares que van a aumentar su plusvalía. Uno de ellos es el ex aeropuerto ubicado en Chaupicruz. Este sector será cotizado porque se quitaría el impedimento de construir en vertical. Sin embargo, los costos se dispararán. Igual ocurrirá con la zona este.
Para Hermel Flores, presidente de la Cámara de la Construcción, el incremento de precios en el sector de la construcción beneficia, únicamente, a los propietarios de los terrenos, pero el impacto recae en el bolsillo de los compradores. En los últimos cuatro años, los precios han aumentado de 100% al 600%. “La actual administración tiene un reto: detener la especulación y mayor control”, dice.