Redacción Nueva Loja
Kerry Kennedy, activista estadounidense y fundadora del Centro Robert F. Kennedy para los Derechos Humanos, llegó ayer a Puerto Francisco de Orellana para constatar el daño ambiental y social ocasionado por la compañía Texaco (hoy Chevron) en sus años de operación en la Amazonia.
Kennedy, acompañada del grupo de defensa de las familias afectadas, visitó las piscinas Aguarico 4, Aguarico 2 y Shushufindi 38, en el centro-sur de Sucumbíos. Estas acumulan residuos de petróleo.
El científico de EE.UU., Douglas Beltmon, pieza clave en el proceso contra la petrolera, explicó el nivel de afectación. “Estas son solo algunas de las casi 900 piscinas que Texaco dejó sin remediar en un total de 356 pozos.
La contaminación en este y otros sectores es alarmante”. Cada lugar visitado reflejaba daños, los pantanos negros que yacen desde hace décadas expelen un hedor insoportable. “Perdí a dos de mis hijos, ellos murieron envenenados con agua del río. Texaco es la única responsable de todo el daño a nuestro hogar”, comentó Emeregildo Criollo, líder de una comunidad Cofán.
Kennedy se mostró conmovida con el panorama y con los testimonios de pobladores. “Haré todo lo que esté a mi alcance para que este crimen contra la humanidad sea remediado. Chevron deberá asumir la responsabilidad por este desastre”.
Kerry, hija del fallecido ex senador Bob Kennedy y quien tiene una fuerte influencia en la política de EE.UU., dijo: “Vengo de una familia donde todos tenemos la obligación de crear cambios para un mundo más justo. Lo que he visto hoy es gente enfrentándose a la injusticia de un gigante llamado Chevron”.