Redacción Cuenca
Con el paso a un lado del ex presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Acosta, consolidó su presencia política. Era 23 junio del 2008 cuando Fernando Cordero asumió la presidencia del organismo Constituyente.
Cordero, que venía de un Congreso desgastado, se alió a Alianza País y se convirtió en uno de los tres candidatos de mayor votación en la Constituyente. Esa alianza y el trabajo desarrollado en los dos períodos como Alcalde de Cuenca (1996-2004) consolidaron su imagen.
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En las elecciones de 2004, Paúl Carrasco llegó a la Prefectura por la ID. Su opositor fuerte fue el actual alcalde Paúl Granda. Los dos prefirieron ir juntos en las últimas elecciones.
Carrasco no tuvo un contendor fuerte en los comicios de 2009. Como ya se anunciaba el triunfo, las dos últimas semanas se dedicó a fortalecer la campaña de Paúl Granda.
Esto pese que Cordero en la capital azuaya se desgastó y no pudo ganar en la segunda reelección frente a Marcelo Cabrera.
Para el sociólogo Fernando Carvajal, el parqueo tarifado y la regeneración urbana, que implicaron el pago de contribuciones a la ciudadanía, minaron la vida política de Cordero en la capital azuaya. Las megaobras ejecutadas en su administración, que mejoraron la imagen de la ciudad, fueron mejor vistas afuera.
El ‘Corcho’ es uno de los hombres de confianza del presidente Rafael Correa. Cinco años después de dejar la Alcaldía, hasta hay opositores que validan su administración como burgomaestre, señaló Carvajal.
Él cree que la gestión realizada en la Constituyente fue bien recibida por la ciudadanía. Este criterio lo comparte su colega Marco Salamea, quien argumentó que ese espacio le permitió dar un salto en su liderazgo político.
Pero los analistas coinciden en que Cordero no interfiere con su poder en el nombramiento de autoridades en Azuay. Por ejemplo, en las administraciones municipal y provincial de Paúl Granda y Paúl Carrasco no hay simpatizantes de Nuevo País, el partido al cual pertenece el ‘Corcho’, señaló Salamea.
A criterio de Carvajal, Granda (movimiento Acuerdo Progresista) responde a la política del presidente Correa, quien una semana antes del cierre de las elecciones, con su presencia en Cuenca, atrajo para Granda los votos de los indecisos y lo llevó al poder.
En cambio, Carrasco (Encuentro Democrático) tiene un poco más de autonomía y mantiene buenas relaciones con Correa y Cordero. Es un pertinaz defensor de la descentralización e integración territorial, y se dice que en ese tema tiene duras discrepancias con el Gobierno.
Para Humberto Cordero, ex director de País en Azuay, los dos responden a la ‘revolución ciudadana’. En Azuay no hay un escenario de cacicazgo político. Pero el dirigente insistió en que eso terminó cuando se sepultó a la lista 12, hace tres años.
Este partido mantuvo por años como máximo líder a González y entró en disputas cuando simpatizantes y afiliados apoyaban que se renovara la dirigencia. Entonces se formaron dos bandos bien definidos que apoyaban las actuaciones de los ex diputados González y de Diego Monsalve.
El primero estuvo respaldado por el prefecto Paúl Carrasco, quien en el primer período ganó por la ID. Las disputas provocaron desafiliaciones masivas, incluso de Carrasco y del ex alcalde Marcelo Cabrera.
Por eso, Cabrera creó el Movimiento Igualdad, con el que participó para la reelección en las elecciones. Para Carvajal, esa debilidad y algunos errores cometidos en su administración castigaron los electores en las urnas.
Según Carvajal, Cabrera le quitó la alcaldía a Cordero porque venía de una buena imagen en el desempeño de su administración como Prefecto de Azuay. Además, tenía una imagen popular, era un político que demostraba mucha cercanía con la gente del pueblo.
Esto le daba ventaja sobre el Cordero, quien era serio y más planificador en la gestión, señaló Salamea. Para Humberto Cordero, porque lo consideraron un hombre valioso y convencido de izquierda revolucionaria, hubo varias propuestas de que el ‘Corcho’ Cordero fuera el binomio de Rafael Correa.