1.El gran anuncio -que cubría las cuatro páginas del suplemento publicado por los diarios el miércoles anterior- fue un testimonio de solidaridad periodística en los amenazantes tiempos que se viven y un canto a la libertad inspirado en el principio del respeto: “Querido lector: te agradecemos por preferir nuestro diario. Sabemos que podrías escoger otro, estás en libertad de hacerlo, es tu derecho, tu elección, y eso se respeta”.
2. Amén de otros textos, el siguiente incluye un mensaje para la posteridad: “Elegiste leer esto en total libertad y por tu derecho a estar informado. Por respeto a tu decisión asumimos con seriedad la tarea de informar”. Benditas palabras que rematan una campaña con una premisa ética: “Más respeto…” hacia todo y hacia todos. ¿Cómo es posible que un Gobierno que se autocalifica de “revolucionario” pase por alto, peor aún, estigmatice una voluntad de servicio concebida limpiamente, con intencionalidad social? El irrespeto del oficialismo nunca nos conducirá a una democracia transformadora.
3. La prensa escrita ha proporcionado un inolvidable ejemplo de unión, ahora que se intenta dividirnos, porque hay que dividir para reinar. Hablo de una manifestación de pulcra fraternidad, no de un mal entendido “espíritu de cuerpo”… ¿Y qué sucede, entretanto, en la radio y la televisión? El otro día asistí a una reunión convocada por un radiodifusor de larga trayectoria. De 15 ó 20 invitados apenas estuvimos cinco…. Uno de ellos se marchó en cuanto notó mi presencia. El interés particular, el utilitarismo calculador se superponen a la vigencia de un ideal superior. En medio de semejante atomización, el antagonista que no termina de entender una profesión reparte palos de lo lindo.
4. …Sí, golpes bajos, a pretexto de “regular” lo que jamás podrá someterse al celo oficial: la visión crítica del periodismo, del periodista, su ánimo de colocar cada cosa en su lugar, de dar a cada quien lo que le corresponde. Golpes bajos… O, si usted prefiere, los ya célebres ‘panchanazos’ y ‘carrillazos’… Alguien desaparece por cuatro o cinco días y, por arte de birlibirloque, ¡pum!, disculparán no más, pero aquí les traigo calientitos, humeantes, los artículos de la Ley de Comunicación que pondrán en su sitio a las ‘bestias salvajes’ de la prensa. No perdamos tiempo, ‘please’. El paquete debe ser aprobado de inmediato. Rápido, rápido, antes de que nos peguen un carajazo.
5. La prensa no bajará la guardia. Su respuesta se anuncia desde ahora: seguirá cumpliendo su labor con mayor seriedad, sin temor ni favor, ahondando en cada tema, esforzándose en la investigación, confrontando las fuentes , explicando cada día lo que ve frente a sus ojos, diciendo -ya en el plano editorial- lo que le dicta su conciencia. ¿Después? Ningún destino es fácil. Todo en la vida es una suma de dificultades.
Tomado de diario Hoy