Redacción Quito
El plástico verde que cubría el perímetro del parque El Ejido está roto y se puede ver el descuido en el interior de las 14,1 hectáreas. Por los senderos polvorientos camina gente y hay vendedores. En los espacios verdes hay botellas de licor y basura. No hay bancas.
Ayer, a las 11:00, grupos de estudiantes de diferentes colegios y universitarios deambulaban por el parque. Junto a un árbol, un mendigo ingería licor. Seis guardias privados, en dos grupos de tres, recorrían las instalaciones continuamente.
El descuido es evidente desde hace dos meses que se detuvo la obra de remodelación. El parque se cerró en mayo y la primera fecha anunciada para la entrega fue el 10 de agosto, pero esta no se cumplió.
Recién ayer se observaron numerosos grupos de obreros que empezaron a colocar los adoquines en el piso y comenzaron la quinta etapa de los trabajos.
Ángel Guato, albañil de la obra, informó que le llamaron a trabajar luego de un mes y medio de descanso. “No nos pagaban. El contratista pidió que esperemos mientras se firman nuevos contratos”.
Guido Díaz, director del Fondo de Salvamento (Fonsal), entidad encargada de la remodelación de El Ejido, reconoció que el inicio de esta nueva fase de los trabajos tuvo problemas por el cambio de la administración municipal. La demora sucedió por el nuevo sistema de contratación pública.
Mientras tanto, quienes trabajan cerca a El Ejido, aseguraron que aumentó la inseguridad interna y externa. Gonzalo Conterón, vendedor de helados, dijo que hasta la semana anterior hubo hasta cinco asaltos diarios entre las avs. 6 de Diciembre, Patria y 10 de Agosto.
Además, un grupo de mendigos fue retirado del interior del parque por parte de la administración Centro. El Fonsal anunció que a más de la remodelación se creará una administración propia del parque. La entrega de la obra se anuncia para el 23 de diciembre.