Olga Imbaquingo.
Corresponsal en Nueva York
Hoja de vida
Paul Meissner
Su experiencia. Presidente de Public Health Association de New York. Lleva 20 años en el Motefiore Medical Center focalizando la red de clínicas comunitarias.
Su punto de vista. Un logro de esta reforma es que permitirá tener un sistema más transparente.Estados Unidos ya casi cuenta con una reforma de salud, pero sin opción a tener un seguro público que compita con los seguros privados. Este tema es analizado por Paul Meissner, administrador de Montefiore Medical Center.
¿Aún sin esa gran aspiración, resulta buena la reforma en proceso?
El proceso político en este país es muy lento y requiere de muchos compromisos y este es el primer paso para avanzar en una dirección diferente. Saber que con el tiempo podemos ir perfeccionando lo que acaban de aprobar es de por sí importante.
Un seguro público era la oportunidad para restar peso de los seguros privados, ¿esa aspiración aún es posible?
Me molesta mucho que no se haya aprobado un seguro público, pero lo aprobado es solo el comienzo de un largo trabajo. Van a tener que mejorar esta reforma, porque varias partes se aplicarán en diferentes etapas, algunas medidas empezarán a rodar en dos años, otras en cuatro y eso da una oportunidad para que el Congreso piense un poco más.
¿Qué lectura hace el que los indocumentados estén excluidos de cualquier beneficio de la reforma y que hasta se les prohíba comprar un seguro con su propio dinero?
Eso es inconcebible y constituye una de las acciones que ambos partidos deben tomar en cuenta en el futuro.
Hasta hoy, 46 millones de personas no tienen un seguro médico y otros millones más no tienen seguro de mala cobertura, ¿eso es un fracaso del sistema?
Sí, es un fracaso. Por eso esta reforma es una manera de hacer justicia social.
¿Por qué siendo este el país más industrializado hasta antes de esta reforma ha tenido el peor sistema de salud?
Me sumo a esa crítica. La salud debe ser un derecho universal y no tiene por qué ser responsabilidad solo de los seguros privados. Es una falla del Gobierno no dar cobertura a sus ciudadanos.
En esencia, ¿qué es lo bueno de esta reforma?
Que al fin después de varias décadas se ha actuado, una vez dado este paso se puede mejorar para incluir a millones de estadounidenses que aún se quedan al margen. Que los seguros ya no sigan en su juego de excluir a los pacientes por enfermedades preexistentes es otro logro. Entramos a un sistema más igualitario, hay algunos ganadores, como educación en salud que recibirán más recursos y los médicos que tendrán más derechos.
¿En qué rango va el pago de un seguro médico?
Cada empleador elige el seguro en función de lo que puede pagar para asegurar a sus empleados. Eso depende de lo que cada empresa quiere cubrir a sus trabajadores, no hay una banda promedio de costos. Esto es un mercado libre solo de competidores privados.
¿De qué mercado se habla cuando no hay derecho al regateo?
A la postre esto no es un mercado, porque no hay muchas ofertas. Un mercado es como el de los agricultores que traen sus lechugas y ponen casi al mismo precio en todos los puestos y si este vegetal es algo diferente aumenta un poquito el costo, mientras en el mercado de seguros de salud, el trabajador no puede escoger y en muchos estados del país, un solo un seguro domina el mercado.
¿Cuánto dinero mueven los seguros?
La sexta parte de la economía. Uno de cada seis estadounidenses está involucrado de alguna manera en el sistema de salud.
¿Algo de bueno tendrán estos seguros?
Han hecho buenas inversiones y establecido un sistema de servicios médicos, pero falta un balance entre la justicia social y la presión del mercado. Somos la vanguardia en medicina, pero no para todos, hay 46 millones sin seguro y otro número similar con mal seguro. Los ciudadanos tenemos responsabilidades y debemos compartir gastos. El costo de ir al médico primario debería pagar el usuario, para que los tratamientos complicados se financien con eso y baje el costo del seguro.