Entré a una tienda segundos antes de la explosión, el techo se derrumbó sobre mí y perdí la conciencia. Luego escuché gritos y sirenas por todas partes”. Así relató Mohammed Abdul Ridha, uno de los 197 heridos en los cinco bombazos en cadena que se produjeron ayer en Bagdad.
Las explosiones de coches bomba causaron ayer la muerte de 127 personas en el centro de la capital de Iraq. Los ataques apuntaron a edificios de Gobierno, pese a las fuertes medidas de seguridad adoptadas tras el atentado del 25 de octubre.
Las bombas fueron detonadas por atacantes suicidas. Mientras el humo se elevaba y sonaban sirenas, trabajadores de emergencia comenzaron a remover los cuerpos y a meterlos en bolsas negras.
El Ministerio de Petróleo de Iraq dijo que no por esto cancelará una licitación de yacimientos petrolíferos programada para el 11 y 12 de diciembre. A esta asistirán altos ejecutivos de las principales compañías petroleras del mundo. Estos posibles acuerdos son vistos como cruciales para los esfuerzos iraquíes de generar el dinero, después de años de guerra y destrucción. Bagdad. Reuters