La policía brasileña en Sao Paulo y Rio de Janeiro realizan “rutinariamente” ejecuciones ilegales de sospechosos, las cuales aumentan la espiral de violencia urbana en el país, estimó el grupo Human Rights Watch (HRW) hoy.
Un análisis forense sobre la muerte de 51 sospechosos abatidos por la policía señaló que al menos 33 de ellos eran ejemplos firmes de uso letal de fuerza sin justificación, destaca el informe de 122 páginas emitido por el grupo con sede en Nueva York.
De ellos, 17 casos “mostraron que la policía disparó a sus víctimas a quemarropa”.
“Los 51 casos no representan el total de potenciales muertes extrajudiciales, pero son indicios de un problema más amplio”, afirmó la organización a favor de los Derechos Humanos.
El estudio fue realizado en medio de una creciente preocupación internacional por los altos índices de criminalidad en Brasil, que será sede de la Copa del Mundo de fútbol en 2014, y en Rio de Janeiro, que recibirá los Juegos Olímpicos en 2016.
En octubre, la policía de Rio lanzó una gran operación contra grupos de narcotraficantes que controlan buena parte de las más de 1 000 favelas, luego que los criminales derribaran un helicóptero de las fuerzas de seguridad matando a tres agentes.
Un informe del sociólogo brasileño Ignacio Cano publicado el mes pasado señala que la policía de Rio de Janeiro (6 millones de habitantes) ya mató más de 10 000 personas en los últimos 11 años, la mayoría en las favelas. La mayor parte de los casos fueron calificados de sospechosos que “se resistieron a la acción policial”.
Por su lado, en Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña con 11 millones de habitantes, murieron 6 000 personas en acciones policiales durante ese lapso.
Las estadísticas de Rio “son mayores a las de muchas guerras”, sostuvo Cano, quien realizó el estudio a pedido del legislativo de Rio.
Human Rights Watch sostuvo que más de 11 000 personas fueron muertas por la policía en Rio y Sao Paulo desde 2003, y muchos no fueron por legítima defensa de las fuerzas de seguridad.
“La noción de que esas muertes cometidas por la policía fueron en legítima defensa, o justificadas por las altas tasas de criminalidad, no se sostiene si se las analiza”, sostuvo José Miguel Vivanco, director para las Américas de la entidad.
“La ejecución extrajudicial de sospechosos criminales no es la respuesta a los delitos violentos”, dijo, para exhortar a realizar “un patrullaje más efectivo, sin más violencia de la policía” en estas ciudades.