Redacción Sociedad
El candente sol quema el rostro de Dolores Terán, de 48 años. Desde hace 15 días pasa en una acera de la avenida 10 de Agosto y Juan Diguja, en el norte de Quito. Cada vez que pasa un transeúnte levanta su mano pidiendo una ayuda.
La pobreza en la que vive la obligó a dejar a sus cuatro hijos de 11, nueve, ocho y seis años en su natal Otavalo. Su esposo la abandonó hace cuatro años. Ella no puede trabajar por su discapacidad en las dos piernas, además no ve con su ojo izquierdo que está sobresalido. “Mi marido me pateó y los doctores dijeron que ya no hay cura…”.
En cada Navidad personas como Dolores salen de sus casas a mendigar, por ello por tercer año consecutivo está en marcha el programa Rayuela Social, por un Ecuador sin mendicidad, impulsado por el Instituto del Niño y la Familia (Infa).
Este año se busca que cerca de 200 000 niños, niñas, adolescentes, personas con discapacidad y de la tercera edad no salgan a mendigar. La inversión es de USD 2 000 000.
En el 2007 se atendió a 118 427 personas y en el 2008 a 149 352. Según datos del Infa, la mendicidad se visibiliza más en Quito, Guayaquil y Cuenca.
El programa se ejecuta en dos fases: la concientización ciudadana para que no se done en las calles, sino en los más de 200 puntos de solidaridad distribuidos en el país. Julio Chicaiza, de Protección Social del Infa de Quito, dijo que reciben en promedio 25 ayudas al día de familias y de la empresa privada.
La segunda parte es el abordaje en calles, carreteras y comunidades expulsoras como el Cotopaxi y Chimborazo. Participan 300 educadores y la Policía para Niños y Adolescentes (Dinapen). Cuando se localiza a una persona en mendicidad se le hace un diagnóstico de la situación económica y social.
En Quito los operativos se iniciaron el 9 de diciembre. Hugo Puebla, coordinador en la zona norte, señaló que hasta la fecha han encontrado a 45 personas en esta situación.
Para Lorena Chávez, coordinadora de Protección Especial, la mendicidad esconde delitos de trata de personas con fines de explotación. En Tungurahua y Chimborazo se ha identificado redes que inducen a la mendicidad . Dolores Terán permanecerá en Quito hasta el jueves 31, luego regresará a Otavalo llevando lo que recolecta diariamente en las calles, de dos a cuatro dólares al día. Está confiada que las donaciones también le lleguen para poder llevar algo a sus hijos que están solos en casa.
Puntos de solidaridad
Las donaciones se receptarán hasta el 24 de diciembre, se prefiere alimentos no perecibles, ropa y juguetes.
Los puntos de solidaridad están ubicados en centros comerciales, locales de Supermaxi, Megamaxi, gasolineras y oficinas del Infa.
Las personas interesadas pueden llamar al 1 800 200 123 para conocer el lugar más cercano o pedir que se le retire los donativos desde sus casas.