Redacción Machala
La casa de caña y tablones donde habita Gabina Jurado es endeble. El piso de cañas entrelazadas, suspendido a 2 metros del piso, se ladea y cruje cuando caminan sus ocupantes. La vivienda está ubicada en el barrio Urseza 2, en Machala.
Este barrio fue uno de los más afectados por el desbordamiento del río Jubones, durante el invierno pasado. La casa de Jurado, quien es presidenta del Comité Barrial, fue la primera en inundarse. La construcción está a 3 metros de un viejo muro que separa al barrio de las plantaciones de banano vecinas.
“Cuando el río se desborda, el agua entra por las plantaciones y se nos viene encima. Hasta culebras salen”, asegura.
Detrás del muro, de 1,5 m de altura, se observa una laguna de agua estancada, rodeada de una espesa vegetación. El muro no evita que el agua inunde el barrio, donde habitan 200 familias, según sus dirigentes.
Antes de que empiece el nuevo invierno, los moradores piden que el Municipio rellene el sector y que instale redes de alcantarillado para que desfogue el agua lluvia.
Para el vecino Kléber Espinoza, morador de la etapa 3 de Urseza, es urgente abrir zanjas para evacuar el agua estancada.
Los problemas son similares cerca de allí. En el barrio Los Vergeles, donde viven300 familias, la amenaza proviene del estero El Macho. Por ahora, ese canal natural está seco y lleno de maleza. “Cuando llega el invierno se desborda, así ha sido siempre”, dice el albañil Jacinto Arévalo, quien tiene su vivienda a 200 m del estero.
Él cuenta que el Municipio rellenó parte de las calles, pero el sistema de alcantarillado pluvial no se terminó.
Corpecuador terminó el año pasado un canal de hormigón de 5 300 metros, que debía desviar las aguas del estero El Macho, a un costo de USD 200 000. La obra no evitó las inundaciones de febrero pasado en el norte de la ciudad.
Javier Córdova, gerente de Corpecuador El Oro, explicó que el canal se obstruye por las compuertas que hay en las plantaciones cercanas.