Juan Pablo Vintimilla Redacción Cuenca
Aunque está en el Centro Histórico de Cuenca, en el interior del convento de los oblatos el ruido no atraviesa las amplías paredes de adobe. Lo único que reina es el silencio, que crea un ambiente de misticismo.
Cuenca atesora bienes oblatos
Cuenca ya no es sede de la Congregación de los Oblatos, sino Quito. Las casas de formación están en Bogotá (Colombia) desde 1973. La mitad de religiosos es de ese país.
Un proyecto es crear un museo del padre Julio Matovelle para exhibir 3 000 libros de los siglos 17, 18, 19 y 20. También 50 cuadros religiosos, 20 esculturas, 500 piezas textiles y sus manuscritos.
La radio Matovelle suena en los parlantes de los parques Abdón Calderón, San Blas y San Sebastián, en el Centro Histórico de Cuenca.Es el entorno perfecto para que novicios como el lojano Julio Córdova tenga hasta tres jornadas de oración al día y reciba sus lecciones. Tiene 18 años y en una década estará listo para oficiar misas.
Él sintió el llamado de Dios luego de una convivencia de los oblatos a la que asistió por sus estudios en el Colegio La Dolorosa, en Loja, aunque antes ya sospechaba que su vocación era la religión. Luego de dos convivencias más decidió ingresar al noviciado.
Lo guía el bogotano Ramiro Cristancho, el más joven y activo de los tres sacerdotes oblatos radicados en Cuenca. Allí, hace 125 años, el sacerdote azuayo Julio Matovelle fundó la única orden religiosa masculina del país.
El convento, a más de ser silencioso está lleno de reliquias como la tumba de mármol de Matovelle y a pocos metros la celda en la que pasó sus últimos años. Cristancho afirma que permanece intacta desde su muerte en 1929.
Allí está su biblioteca con libros escritos en francés, su reclinatorio, su cama… Es un sitio con acceso restringido porque Matovelle está en proceso de beatificación y esos objetos pueden convertirse en reliquias. Ya fue nombrado venerable por Juan Pablo II.
Aunque el patrimonio material de la congregación es importante, lo es más el número de fieles que llegan a los santuarios y templos que están o estuvieron a su cargo. Entre ellos El Cisne (Loja), El Quinche (Pichincha), el Panecillo y la Basílica del Voto Nacional (Quito) y La Merced (Cuenca).
La congregación fue fundada para misiones parroquiales. Ahora sus 52 religiosos (27 de ellos sacerdotes) están en Ecuador, Colombia, Italia y Estados Unidos. A más de la labor pastoral, los oblatos dirigen el Liceo Matovelle (Quito) y la Unidad Educativa Julio Matovelle (Cuenca). También dos radios en ambas urbes.
En Cuenca, la emisora se llama Radio Matovelle y se especializa en música ambiental sin publicidad comercial y con mensajes para fortalecer la fe cristiana.
Una pequeña habitación, a la que se accede desde el convento, es la sede. Ximena Luzuriaga la opera. Según ella aunque el dinero es limitado porque no hay publicidad tiene buena audiencia.
Lo sabe porque cuando la radio sale del aire por cortes de energía recibe llamadas de sus oyentes exigiendo explicaciones.