Reuters
El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo el lunes que repetirá el rito de dar prioridad a las visitas a sus aliados izquierdistas regionales, tras una contundente victoria en las urnas. Reelecto el domingo por abrumadora mayoría para un nuevo quinquenio, el presidente indígena boliviano aseguró sin embargo, en conferencia de prensa, que su norte es mantener buenas relaciones con “todos los países del mundo”.
Aún con el sabor de los festejos por el apoyo de más del 63 por ciento de votantes -según datos preliminares-, dijo que viajará a Cuba para una cumbre de presidentes de la alianza izquierdista regional ALBA y pidió excusas a los miembros del Mercosur por no poder ir a su cita del martes en Montevideo.
“El día sábado en la noche tengo que viajar a Cuba, los presidentes del ALBA estaremos allá para debatir las nuevas políticas basadas en el vivir bien, propuestas, algunos plantean el socialismo del Siglo XXI”, dijo respecto a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) integrada entre otros por Venezuela, Ecuador, Bolivia, Cuba, Honduras y Nicaragua.
Respecto a la cumbre del bloque aduanero Mercosur -Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay-, agregó que es primera vez que no puede participar por tener “una responsabilidad con el pueblo en la campaña”, la misma razón por la que no pudo asistir a la Cumbre Iberoamericana celebrada la semana pasada.
Tras ser elegido por primera vez en diciembre del 2005, y aún antes de asumir el cargo, el primer presidente indígena de Bolivia visitó Cuba y Venezuela, por cuyos presidentes de línea izquierdista radical confiesa abiertamente su admiración.
En sus primeros meses de Gobierno, chocó con otro de sus aliados regionales, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, al aplicar una nacionalización del sector de los hidrocarburos que forzó a la poderosa estatal Petrobras a renegociar contratos con Bolivia.
Morales dijo que ya quedaron atrás los tiempos de confrontación por el gas natural con Lula, a quien considera el mejor presidente de América Latina.
Ahora, el reelecto presidente boliviano dijo que confía en tener buenas relaciones con el nuevo Gobierno de Brasil que será elegido el próximo año y sustituirá al de Lula. “Esperamos con el nuevo presidente o presidenta de Brasil seguir teniendo diálogo, pero transparente, sincero y a veces resolver de manera conjunta las demandas o los problemas de ambos países”, declaró.
El gobernante izquierdista dijo también esperar buenas relaciones con el nuevo presidente de Chile que será elegido el domingo, para avanzar en una agenda bilateral de 13 puntos que incluye la disputada exigencia boliviana de una salida al mar. “Con la presidenta (chilena, Michelle) Bachelet hemos avanzado bastante, buena relación de Gobierno a Gobierno, una diplomacia de pueblo a pueblo”, dijo.
“Yo sé que ahora hay un debate fuerte si se devuelve al mar a Bolivia, con soberanía, sin soberanía, a mí me alegra bastante, es un avance. ¿Acaso antes se reconocía que Bolivia tenía mar?, nunca se reconocía”, agregó.
En cuanto a Perú, expresó no tener problemas con su colega Alan García. “Es mi amigo”, dijo, reconociendo sin embargo sus diferencias en políticas sociales y económicas y provocaciones que atribuyó a Lima desde donde le llegó el calificativo de “chabacano”.
Morales indicó que una de las principales diferencias con García es por el libre comercio, el cual considera ha sido pernicioso para países latinoamericanos como Perú y Colombia, los principales defensores en la región de esos acuerdos.
Igualmente aprovechó para reiterar su rechazo al Gobierno de facto de Honduras y al presidente electo el 29 de noviembre. “En Honduras tiene que retornar la democracia”, dijo. Morales anunció que de Cuba seguirá rumbo a Copenhague, a la cumbre climática, para llevar su defensa a la “Madre Tierra” y tratar de sensibilizar al mundo de que los países pobres como Bolivia son los que más sufren con el calentamiento global.