Redacción Negocios
La compra de energía de emergencia ocasionó que el Gobierno pague mayores precios a los proveedores y lo haga en efectivo.
El Plan de Electrificación 2007 – 2016 del Consejo Nacional de Electricidad (Conelec) presupuestó USD 179 millones para instalar 300 megavatios (MW) de potencia térmica, es decir, USD 596 por kilovatio (kW) de potencia.
USD 58 millones
adicionales a lo presupuestado costaron las 7 turbinas térmicas General Electric .
Sin embargo, la compra de siete turbinas de marca General Electric le costó al país cerca de USD 150 millones, por una potencia de154 MW, de acuerdo con el Ministerio de Electricidad. Es decir, USD 974 por kW de potencia térmica. Esta diferencia de costos se traduce en un pago de USD 58 millones adicionales a lo que estuvo planificado.
El ex ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, indicó que estas turbinas eran la mejor oferta en el mercado para el país, por la prontitud en que entrarían en operación.
Señaló además que su operación tardó muy poco tiempo debido a que fueron compradas bajo el estado de emergencia.
Un proceso de licitación habría implicado al menos dos años hasta el funcionamiento efectivo de la energía.
“En esta adquisición no hubo un concurso ni un proceso porque no había tiempo, debido a la emergencia”.
Los gastos adicionales se sintieron también en la compra de energía a Colombia y Perú, que ofertaron el kilovatio/hora en cerca de USD 0,30 cuando el costo en el país bordea los USD 0,10.
El consultor energético Ricardo Buitrón insistió en que todos estos costos adicionales fueron consecuencia directa de la falta de la ejecución en el Gobierno de la planificación en el sector eléctrico.
Aseguró que ello se evidencia en la compra de turbinas con altos precios, en comparación con los costos referenciales del mercado y en el alquiler de energía emergente que hizo el país.