Washington. Reuters y AFP
Residentes desde Virginia hasta Nueva York se preparan para otra gran tormenta anunciada para hoy. La nevada ocurrirá apenas días después del fuerte embate del temporal del pasado fin de semana.
Las oficinas del Gobierno de Estados Unidos en Washington cerraron ayer por segundo día consecutivo. Esta medida está costando unos USD 100 millones en productividad perdida al día.
Los meteorólogos pronosticaban que la capital estadounidense podría acumular 51 cm de nieve para esta misma noche.
Los residentes han pasado los últimos días intentando quitar la nieve de la tormenta en la que cayeron entre 46 y 81 cm el fin de semana, desde Washington hasta el sur de Nueva Jersey. Además, han tratado de mover los árboles caídos y volver a llenar sus refrigeradores con alimentos frescos.
La situación es grave. Aún hay más de 15 000 clientes sin electricidad en el área metropolitana de Washington. Los servicios de metro y buses fueron reducidos. La Cámara de Representantes de Estados Unidos canceló votaciones por el resto de la semana.
Más allá de la capital estadounidense, hubo preparativos para afrontar entre 25 y 45 cm de nieve en Filadelfia, y entre 20 y 33 cm en la Ciudad de Nueva York, según el Servicio Meteorológico. Los meteorólogos también pronosticaron fuertes vientos que podrían causar cortes eléctricos.
American Airlines canceló los vuelos de hoy que entran y salen de los tres aeropuertos del área de Washington y de Filadelfia. Los vuelos de anoche también fueron cancelados, para que los aviones no queden atrapados en la nieve.
Las empresas de transporte también volvieron a relajar su política de boletos para permitir que los pasajeros cambien sus planes de viaje, debido a la tormenta. Ambas acciones pueden dificultar el panorama para una industria que ya se ha visto afectada por problemas en sus economías.
US Airways canceló su servicio de transbordo entre Washington y Nueva York para hoy. La red de trenes de pasajeros Amtrak advirtió que tendría un servicio limitado en su lucrativa ruta noreste.
A 4 304 km de allí, en la costa oeste de EE.UU., la situación no es mejor. Más de 500 hogares de Los Ángeles recibieron la orden de evacuar ayer. La mayor ciudad de California se prepara para recibir más lluvias, tras la tormenta del fin de semana que dañó 43 casas, afectadas por ríos de barro.
Según las autoridades municipales, 527 casas situadas en cerros privados de vegetación, por los masivos incendios forestales del año pasado, recibieron mandatos de evacuación. Estos se dieron en previsión de las importantes lluvias que están por caer.
La decisión de evacuar se tomó tras las críticas a las autoridades locales y federales, por su gestión de la tormenta del sábado. Esas lluvias torrenciales destruyeron 12 casas y nadie recibió una advertencia de las autoridades.