De las 88 000 palabras que forman parte del vocabulario español, según José Antonio Pascual, catedrático de la Real Academia Española, el término sacrílego se ubica en la posición 40 121. Así lo indica el portal lexicoon.org. De su incorporación en la lengua, Ricardo Sosa, autor de ‘Nuevas fascinantes historias de las palabras’, dice que esto sucedió durante el siglo XIII para referirse al ladrón de objetos sagrados (sacri=sagrado; legere=robar). Ya en el siglo XVIII, Federico el Grande lo utilizó para hablar de quienes vendían objetos sagrados.
En su última edición, el diccionario de la RAE relaciona el sacrilegio con la profanación de cosas, personas o lugares sagrados. Este es el primer punto que destaca Esteban Ribadeneira, profesor de Estética, para hablar de la imposibilidad de que una obra de arte sea sacrílega. A su criterio, la creación artística es una manifestación que sobrepasa la realidad humana. La elaboración de una pieza es algo místico.
Una respuesta similar la ofrece el académico y teórico del arte, Juan Ramón Barbancho. Dice que “el origen de la obra de arte es en sí sagrado. Es la unión con lo celestial, con lo mágico”. Para él, todos los manuales de Historia del Arte empiezan con el arte primitivo debido a que este, en la época de las cavernas, cumplía una función metafísica.
¿Cuándo considerar sacrílega a una obra? Tras leer la ‘Estética’ de Monroe Beardsley, se puede inferir que las reflexiones de León Tolstói en ‘What is art?’ han anquilosado el avance sobre el entendimiento de la pieza artística. A razón del escritor ruso, una obra debería juzgarse según los más altos valores religiosos de la época en la que se inscribe. Para Fernanda Trujillo, especialista en filosofía del arte, esto fue apropiado por los círculos cristianos más conservadores. Así, cualquier crítica a su sistema de creencias es un sacrilegio.
En el 2013, el artista cubano Erik Ravelo presentó la serie fotográfica ‘Los Intocables’. Entre las imágenes que forman parte de este proyecto, que al mismo tiempo consiste en una campaña en contra del abuso infantil, se muestra la foto del obispo que da la espalda a la cámara y cuyos brazos están extendidos horizontalmente. Sobre su cuerpo reposa la figura de un niño crucificado, apenas cubierto con ropa interior.
En su momento, las redes sociales estuvieron invadidas con comentarios acerca la “obra sacrílega”. Ravelo. Barbancho, más bien, ve a esta pieza como una denuncia a una realidad plausible y que ha llevado al Vaticano a cientos de juicios por abuso de menores. “Desde el punto de vista del arte no se puede hablar de sacrilegio porque se está utilizando un término judeocristiano”, dice Barbancho.
Ecuador no ha sido ajeno a comentarios que han convertido en sacrílego al arte nacional. En la plástica, Damián Pérez y Amaru Cholango son dos ejemplos de este hecho.
‘Amaneció en medio de la noche’ (2011) fue una muestra antológica que reunió el trabajo de Cholango entre 1986 y el 2011. En el Museo de la Ciudad, en Quito, él expuso la obra Adorarás otros dioses delante de mí, que consistía en el esqueleto dorado de una vaca ubicado frente al cuadro de Nuestra Señora de los Ángeles. Los movimientos católicos acusaron a la obra de sacrílega en tanto denota irrespeto hacia una imagen que consideran sagrada. Ribadeneira, en cambio, lo mira como el mejor acto de ecumenismo, como el diálogo entre los símbolos de dos cosmovisiones.
Por otra parte, el proyecto ‘666.1 El Dogmático’, de Pérez, fue tildado como sacrílego al entremezclar íconos religiosos con elementos de la cultura pop. Entre las imágenes que trabajó están una suerte de virgen fumando marihuana y las figuras de unos santos utilizando trajes similares al que usan los personajes de ‘Matrix’. El artista afirma que su propósito fue crear sin la intención de hacer algo sacrílego; que de hecho fueron los círculos católicos los que acusaron a su obra como tal. Al igual que Ribadeneira, Barbancho y Trujillo, cree firmemente que el arte es un puente con lo sagrado.
Otros casos
En 2012, la muestra Así sea (Cristina Planas) fue llamada blasfemia por tener un Cristo desnudo.
‘Politeísmo’, de Mideo Cruz, levantó revuelto en Filipinas al “desacralizar” imágenes católicas.
‘Sacrilege’, instalación de Jeremy Deller, es una versión inflable de Stonehenge.
En contexto
Durante estos días, la comunidad católica celebra la Semana Santa. En el marco de estas fiestas, museos y centros de exposiciones darán a conocer pinturas, esculturas y demás piezas que forman parte del patrimonio sacro de la ciudad.