Un aspecto que caracteriza al Festival Internacional Mujeres en la Danza (Fimed) es su inicio cada 8 de marzo, como un tributo a la mujer. La octava edición del encuentro prevé un acto de presentación, el 23 de febrero, durante el cual se darán a conocer los grupos participantes y la programación 2010.
Programación en la que una reestructuración fue inminente, debido a los líos de financiamiento y a la falta de claridad en las relaciones que la Casa de la Danza, organizadora del Fimed, mantiene con el Ministerio de Cultura y el Municipio de Quito.
Ya el 30 de diciembre de 2009, mediante comunicados a estas dos instituciones, la bailarina Susana Reyes y el músico Moti Deren, directores de la Casa de la Danza, hacían una renuncia condicional a sus auspicios. El argumento fue que las instituciones aún no definían los términos de los convenios, ni los montos, ni los mecanismos de desembolso. Tal indefinición creó inestabilidad respecto de los compromisos adquiridos con algunos grupos internacionales.
Días después, Francisco Salazar, viceministro de Cultura, declaró que USD 192 000 estaban destinados para el Fimed 2010. Con esta señal (el monto supera a lo recibido anteriormente) y a pesar de los retrasos en los desembolsos de ediciones pasadas, la Casa de la Danza reconoció la voluntad de apertura.
Entonces, en un comunicado con fecha 18 de enero, Susana Reyes solicitó una cita con el ministro, Ramiro Noriega, para dialogar y recoger todo lo que comprende ser parte del Sistema Nacional de Cultura, del que legítimamente forman parte. Hasta ayer, la carta no tenía respuesta.
De igual manera, ayer por la tarde, Reyes y Deren mantuvieron una reunión con la Comisión de Cultura del Municipio de Quito, presidida por Fabrizio Villamar. Allí un informe, de Manuel Espinoza, secretario de Cultura del Municipio, puso al tanto de los últimos hechos y ratificó que el Cabildo ha apoyado al Fimed durante siete años; pero también se indicó que la dependencia municipal, actualmente, no cuenta con presupuesto.
Aunque no se concretó ninguna solución, Villamar y la Comisión de Cultura reconocieron la legitimidad del Fimed y manifestaron la voluntad de apoyo.
El presupuesto del Fimed, según las características y el número de los grupos invitados, gira alrededor de los USD 700 000. Los auspicios de instituciones públicas cubrieron, en ediciones pasadas, aproximadamente el 25%. El resto del financiamiento corresponde a canjes entre las embajadas de los países invitados y los organismos internacionales, así como de los aportes de la empresa privada.
La producción de una edición del festival conlleva, al menos, un año de gestión (tres con grupos de mayor trayectoria). Para sus organizadores, el trabajo es un gran rompecabezas en el que se dan renegociaciones con los grupos y muchas veces se trabaja a crédito, incluso asumiendo pérdidas. “Hemos respondido con creces al público. Además, cada centavo recibido ha sido justificado”, dice Reyes.
En 2009, la demora en la firma de convenios y en el desembolso de auspicios motivó a declarar al Fimed en estado de emergencia, mientras la programación seguía su curso.
En ediciones anteriores han participado delegaciones de Corea, Turquía, Israel, Brasil, EE.UU., entre otras.